La Galerna
·3 febbraio 2025
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En la vida, hay asociaciones indisolubles: verano-calor, invierno-frío, vino-felicidad, CTA-dinero, Real Madrid-Champions, Barça-corrupción y Atleti-Cuadra Fernández. Este colegiado madrileño del barrio de Hortaleza, cuna del ídolo rojiblanco Luis Aragonés, es el árbitro de referencia del club que da cobijo a neonazis en su estadio. Cuando los del Cholo juegan, es probable que la contienda la dirija él. No es así desde hace cien años, pero sí bastante tiempo.
Se da la circunstancia, además, de que Cuadra Fernández es seguidor del club colchonero, así como sus familiares. Como estando adscrito al comité madrileño no podía arbitrar a su equipo, se empadronó en Mallorca para así pertenecer al balear. Es vox populi. Lo confirma su excompañero de profesión Estrada Fernández.
Es obvio que uno no es responsable de su lugar de nacimiento y, casi nunca, elige su club favorito, sino que se aficiona por influencia familiar, del entorno o por pequeños detalles, que normalmente son los culpables de las grandes decisiones de la vida. Lo que ocurre es que cuando uno es árbitro hay que tener especial cuidado con según qué cosas para evitar suspicacias.
Hay otro problema: con Cuadra Fernández no es que haya suspicacias, es que hay datos que demuestran una anomalía estadística cuya explicación huele mal. El pito de Cuadra es para el Atleti como la poción mágica de Panoramix para los galos. Con él al mando, los rojiblancos tienen un récord de partidos ganados o empatados inusualmente alto, casi del 90 %, que llega al 100 % en liga. Invicto. Raro.
Tampoco es habitual que las tres primeras eliminatorias de Copa en una temporada de un equipo las dirija el mismo árbitro. Sumado a lo anterior y como diría el padre de Julio Iglesias, es raro, raro raro. Vic, Elche y ahora Getafe. En los tres partidos, Cuadra Fernández. En el primero de ellos, recuerden, dio un empujoncito a su equipo con la señalización de un penalti tan inexistente como la efectividad de la homeopatía.
El pito de Cuadra es para el Atleti como la poción mágica de Panoramix para los galos. Con él al mando, los rojiblancos tienen un récord de partidos ganados o empatados inusualmente alto, casi del 90 %, que llega al 100 % en liga
La temporada pasada, el CTA ya colocó a Cuadra para dirigir a su Atleti con el Madrid en la Copa del Rey. Ya saben lo que ocurrió. Cuadra, entre otras cosas como evitar una contra blanca pitando el final, perdonar la expulsión a De Paul o amonestar a Bellingham por pasar un balón, incumplió el reglamento al no activar el protocolo antirracismo cuando Vinícius le notificó que estaba recibiendo insultos racistas desde la grada del Metropolitano. No contento con eso, advirtió al 7 madridista de que si seguía denunciando ese delito le mostraría tarjeta amarilla. Y así lo hizo.
Aquel encuentro acabó con la clasificación atlética. Después, en el acta, no reflejó el comportamiento racista del público de su equipo. Misión cumplida.
El Real Madrid no tiene tanta fortuna cuando le arbitra Cuadra Fernández y pierde casi uno de cada cuatro partidos que le pita. Además del escándalo de la temporada pasada, el trencilla hincha del Atlético ha tenido actuaciones estelares contra los blancos, como aquella en el Bernabéu contra el Villarreal, cuando se echó la mano al bolsillo para amonestar a Femenía pero al darse cuenta de que ya tenía tarjeta reculó. O esa otra en Sevilla, donde anuló un gol a Vini tras comprobar en el VAR que el brasileño había controlado el balón con el pecho-hombro.
El CTA debe de pensar que lo que funciona no toca, por lo que sigue designando a Cuadra Fernández para arbitrar a su equipo. Por el mismo motivo, ha elegido a Alberola Rojas, cliente del hijo de Negreira, para dirigir el Leganés-Real Madrid.
¿Por qué se repiten estos comportamientos anómalos de quienes deberían velar por el cumplimiento del reglamento de este deporte, de los jueces del mismo? La respuesta la sabemos todos. William Pogue la expresó de maravilla en este reciente artículo de La Galerna: «El fútbol es dinero. Mucho mucho dinero. Nadie quiere abandonar este circo. Por eso existe un "trastorno de control de los impulsos" y una contumacia incomprensible, porque se está librando una guerra y están dispuestos a todo».
Dijo Bernard Shaw, según algunos, o Mark Twain, según otros, que «Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia. Ambos por la misma razón». Con el arbitraje del fútbol español sucede lo mismo. El CTA huele a cuadra.
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