El Madrid sobrevive en Anoeta con Mbappé como salvavidas | OneFootball

Mbappé marca la diferenciaJuan Manuel Serrano Arce/Getty Images

Con un golazo y una asistencia de Kylian Mbappé, el Real Madrid logró imponerse en un partido complicado en Anoeta, pese a jugar parte del choque con uno menos por la expulsión de Dean Huijsen. La Real Sociedad intentó la remontada tras el descanso, recortó distancias con un penalti transformado por Oyarzabal, pero no fue suficiente para doblegar a unos blancos que resistieron hasta el final.

Desde el pitido inicial, el Madrid dejó claro que no venía a esperar: Con Mbappé muy móvil, generando peligro casi desde el primer minuto, el conjunto blanco abrió el marcador aprovechando un fallo defensivo de la Real, ganó la espalda a Caleta-Car y definió con frialdad para el 0-1.

El 10 madridista siguió proyectándose, llegando incluso a estrellar un disparo al travesaño, combinaciones inteligentes con sus compañeros, desequilibrio constante. Mientras la Real Sociedad lo sufría, especialmente sin encontrar cómo frenar su movilidad.

La polémica cambió el partido. Cerca del minuto 30, Huijsen agarra a Oyarzabal en una contra clara de la Real. Éder Militão llegaba también, pero el árbitro señala falta, interpreta situación de último hombre y expulsa al central madridista. Roja directa que deja al Madrid con 10.

Con el jugador excluido, el Madrid sufrió atrás, pero antes del descanso Mbappé volvió a resurgir: tras sortear a un rival, limpió la banda, llegó al fondo y dio un pase entre líneas para Arda Güler, que no perdonó. 0-2 al descanso. Un golpe psicológico para la Real, que volvía sin marcar pese al dominio local hacía instantes.

Salió la Real Sociedad en la segunda parte con más brío, convencida de que con un gol podrían meterse en el partido. Y ese gol llegó: penalti claro —el árbitro lo señaló tras revisión— que Oyarzabal transformó con seguridad para poner el 1-2.

El Madrid ajustó: reorganización defensiva, Tchouaméni bajando para cubrir huecos, cambios tácticos para hacer daño al contraataque y no conceder demasiado. Mientras lo locales insistían: centros, combinaciones, disparos desde fuera, pero sin eficacia letal.

En los últimos minutos, los de Sergio volcaron el campo, buscando un empate que se escapaba. Intentos de Kubo, de Barrenetxea, presión alta, pero el Madrid resistía con orden, con corazón, con momentos de verdad en los despejes, en los rechaces. Remiro tuvo que esforzarse y los defensores blancos conteniendo bien. Finalmente llegó el pitido final. 1-2 para el Madrid, y tres puntos ganados con carácter.

No fue un triunfo cómodo, pero triunfo al fin y al cabo. El Madrid demostró que, con liderazgo individual de su crack, disciplina táctica y temple psicológico, se puede sacar adelante un partido bajo presión, incluso con un jugador menos. La Real lo tuvo cerca, mostró buenas intenciones y momentos de dominio, pero falló en esos tramos claves donde se define un encuentro. Victoria de las que forjan equipo.