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·12 marzo 2025

La historia interminable: Rüdiger sentencia el pase merengue a cuartos de final

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El Real Madrid consigue en la tanda de penaltis imponerse al Atleti en el Metropolitano y pasar a cuartos.

Onces iniciales


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  • Atlético de Madrid de Diego Simeone: Oblak, J.M Giménez, M. Llorente, Lenglet, Reinildo, Gallagher, R. De Paul, Barrios, Giuliano, Griezmann, J. Alvarez.
  • Real Madrid de Carlo Ancelotti: Courtois, Valverde, R. Asencio, Rüdiger, F. Mendy, Tchouameni, Modrić, Bellingham, Rodrygo, Mbappé, Vini Jr.

Primera mitad: en iguales condiciones desde el minuto uno

Después de un partido de ida cuanto menos emocionante en el Bernabéu, el Metropolitano junto a su afición serían los encargados de recibir el partido de vuelta decisivo con único premio: un billete a los cuartos de final de la Champions League.

Ni un minuto tardaron los locales en adelantarse al marcador, un pase de Rodri de Paul desde la banda derecha llegaría a las botas de Gallagher llegando así el 1-0 con un juego que prometía demasiado. Los cambios en la banda del Cholo estaban siendo efectivos ya que la eliminatoria ya estaba igualada con un resultado global y una defensa intacta que no iba a permitir un gol del conjunto blanco. En cambio para los de Carlo Ancelotti la situación no era la misma, ya que los rojiblancos conseguían acechar el área con una facilidad bastante preocupante si querían seguir dentro de la competición.

Una supuesta mano de Giuliano Simeone sobre el área que el árbitro negó desde el principio (sin revisión) se sumó a los archivos de jugadas polémicas de la historia de los derbis. El juego transcurría en un toque de balón que el Atleti dominaba a la perfección frente a un Real Madrid que realizaba llegadas al área sin encontrar el gol. Sin tiempo añadido en la primera mitad, ambos equipos dispondrían de cuarenta y cinco minutos más para conseguir llevarse la eliminatoria.

Segunda mitad: las segundas partes nunca fueron buenas

La tensión se palpaba en el césped y la necesidad de un gol que consiguiese cambiar las cosas se hacía cada vez mayor. El muro colchonero seguía siendo inexpugnable y la desesperación aumentaba con cada ocasión fallida para los merengues. Viendo que el estilo de juego se mantenía monótono los recursos de Ancelotti saltaban al campo; el capitán Luka Modric se marcharía al banquillo para que Eduardo Camavinga se encargarse de cambiar el rumbo de juego de su equipo. La única contra del Real Madrid les daría a los visitantes la oportunidad de adelantarse con un penalti (con amarilla incluida) de Lenglet sobre Vinicius, una oportunidad que no supieron aprovechar en el minuto 67 ya que el tiro del brasileño acabó en la grada colchonera, sin ni siquiera rozar le larguero.

Brahim Díaz también se sumaba a las incorporaciones del campo para intentar tener el gol de la clasificación, mientras que el Atleti se mantenía con la misma plantilla con la que encajó el primer gol excepto por el cambio del artífice por Lino. El también sancionado en liga Correa junto a Sørloth entrarían en los últimos minutos para intentar obrar el milagro. Sin tener Kylian Mbappé el mejor de sus partidos, los calambres se originaban evidenciando el cansancio por la intensidad. Después de cuatro minutos de añadido, la peor de las pesadillas se hacía realidad: una prórroga con treinta minutos más.

Una prórroga interminable y una tanda con el mismo final de siempre

Ninguno de los equipos parecía avanzar, presos del esfuerzo las ocasiones estaban presentes pero no eran claras. La primera parte mantuvo la monotonía y la dinámica de los pasados noventa minutos, en la que el Real Madrid se dedicaba a atacar para que los atléticos se dedicasen a defender desde su campo lo máximo posible, siendo conscientes del legado de sus rivales.

Más de cien minutos disputados, todas las personas presentes en el metropolitano dándolo todo con una afición desesperada y unos jugadores acalambrados. Nada de los segundos fueron suficientes, y dábamos paso a los penaltis.

Lucas Vázquez y Julián Álvarez (anulado posteriormente) marcaron su cruz roja en la tanda mientras que Bellingham, Valverde, Mbappé, Sørloth y Correa cumplían su parte. Llegaba el momento de Marcos Llorente, un tiro que apuntaba ser bueno pero que terminó en el larguero y fuera de la portería.

Y de pronto, un déjà vu. Rüdiger sería el encargado de decidir el pase de ronda. Al igual que la última vez, fuera de casa, en un estadio complicado en el que todo estaba en contra. Pero el alemán recordó dónde estaba, e hizo posible un final feliz en el que el Real Madrid, seguía vivo en Champions.

Imagen principal vía: Getty Images / Florencia Tan Jun.

Por: Adriana Junquera López-Buendia, pueden seguirme en X @writtenbyadri e Instagram @writtenbyjunquera

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