La paradoja de Rojo | OneFootball

El fútbol, a veces, tiene esas cositas hermosas que no se compran, no se inventan y tampoco se esconden detrás de abreviaturas en la camiseta. Porque mientras alguno por Avellaneda intenta borrar nombres históricos poniendo Marcos R. para no escribir Rojo, el destino decidió que el gol que los dejó afuera de la Copa Libertadores lo hiciera... Rojo. Sí, Marcos Rojo. En contra. En Brasil. Sobre la hora. Y así, Racing, el autoproclamado "equipo místico", volvió a su lugar de siempre: mirando.

El periodista Gustavo López, con la sutileza de un bisturí, lo resumió con una sola frase en redes: Racing perdió la serie con gol de Rojo en contra. Y claro... la ironía explotó internet. No podía ser de otra manera: mientras el vecino se obsesiona con fantasmas y reescribe camisetas, el karma hace su trabajo sin pedir permiso.

Y ojo, el detalle final que hace todo todavía más delicioso: el técnico que hasta se esfuerza por no nombrar al Rey de Copas -sí, Costas, el rojofóbico serial- tuvo que digerir que su verdugo se apellide Rojo. El fútbol es poesía.

Mientras tanto, acá seguimos mirando el mundo desde arriba. El padre siempre vuelve, incluso cuando no juega. Y el de enfrente, una vez más... vuelve a casa con las manos vacías.