Lamine Yamal: Héroe de la selección y pesadilla del madridismo | OneFootball

Hay récords y luego está el que ha conseguido la joven estrella del Barça. Su meteórico ascenso no solo le ha valido elogios y galardones, sino que también ha provocado un inesperado terremoto en la afición rival

El fútbol español vive un momento de polarización extrema. Mientras la selección nacional brilla con un talento descomunal, una parte de la afición se debate entre el orgullo y el resentimiento. El epicentro de esta tensión tiene nombre y apellido: Lamine Yamal. El joven prodigio del Barcelona no solo está rompiendo récords, sino que también ha logrado algo impensable: que el madridismo se aleje de La Roja.

La irrupción de Lamine Yamal ha sido meteórica. Con apenas 15 años y 290 días, debutó con el Barça en abril de 2023, estableciendo un hito de precocidad. Poco después, a los 16 años y 187 días, se convirtió en el goleador más joven de LaLiga en el siglo XXI. Sus logros no se limitan al ámbito nacional. A nivel internacional, ha pulverizado marcas históricas, como ser el jugador más joven en debutar y ganar una Eurocopa o marcar en una semifinal de la Eurocopa y la Champions. Según datos de Transfermarkt, su valor de mercado no para de subir, lo que lo confirma como una de las joyas más codiciadas del fútbol mundial.

El éxito de la selección española, con una base de jugadores culés que recuerda a la época dorada de 2010, ha provocado una desafección palpable en el entorno madridista. Con solo dos jugadores del Real Madrid en el once titular, una parte de la afición blanca se siente desconectada de un equipo que consideran «ajeno». Este resentimiento se manifiesta en las redes sociales, en las tertulias y entre los aficionados más acérrimos. El sufrimiento, dicen algunos, se vuelve aún más agudo cuando los más recalcitrantes ven cómo las nuevas generaciones, inspiradas por el joven genio, adoptan su estilo y lo consideran el nuevo Lionel Messi.

La retórica amarga y el desprecio hacia Lamine Yamal no consiguen sino agrandar su figura. Cada crítica, cada ataque, eleva al jugador a un pedestal. Y lo peor, para ellos, es que este pedestal ha sido construido por el propio madridismo, llevado por un odio que los consume. El mayor récord de Lamine Yamal no está en las estadísticas, sino en un logro intangible: conseguir que una parte de la afición madridista sufra cuando su selección, la de su país, gana y juega bien. Sin poder refugiarse en los éxitos de su club a nivel de selección, algunos optan por consolarse con victorias ajenas, como las de Cristiano Ronaldo en el fútbol de Arabia Saudí.