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·1 aprile 2025
Otra noche de locura en el Bernabéu evita el desastre: el Madrid remonta y se mete en la final de la Copa del Rey

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El Real Madrid se coló en la final de la Copa del Rey en un partido donde pasó de todo. Arrancó la Real Sociedad adelantándose en el marcador, y respondió un Endrick imperial con el empate. Cuando todo parecía controlado por el Madrid en la segunda mitad, de repente se vio por detrás en la eliminatoria por 1-3, 2-3 en el global. Empató el Madrid en 5 minutos de locura; pero la Real se puso por delante una vez más. Rudiger sentenció en la prórroga y el Madrid está en la final.
El Real Madrid de las noches somnolientas, aburridas, apareció en escena una vez más. El Madrid volvió a jugar su peor partido posible desde el anterior. Y la Real, sin nada que perder tras el resultado de la ida, no iba a especular. Y a este Real Madrid le hace daño cualquier equipo medianamente organizado. Ancelotti había decidido, eso sí, que Endrick fuese el protagonista. No desaprovechó la oportunidad.
Porque todo comenzó como casi siempre en el Bernabéu, dominio tímido del Madrid que, no acertaba a llegar cerca del área de Remiro. Endrick, eso sí, lo quería todo. En el minuto 6 ya avisó con un tiro sin más, pero toda una declaración de intenciones. Dos minutos después, intentó una chilena y esta vez casi acierta ante la locura del público. Pero el jolgorio inicial ante el ímpetu de Endrick lo iba a apagar Barrenetxea. Por la banda, cómo no, de Lucas Vázquez.
Lucas no supo dónde tenía que ir, si a cubrir el cabezazo que a la postre acabó en gol; o en cubrir su marca. Sin noticias de Asencio en la jugada. Barrene se internó y acabó finalizando entre las piernas de Lunin. Silencio en el Bernabéu y los fantasmas del pasado volvían a aparecer. Pitos en un Bernabéu cada vez más cansado de la incapacidad de su equipo. Entre tanto, en el minuto 26 se lesionó Aguerd y entró en su lugar Elustondo. Empezaban los problemas para la Real.
Porque el Real Madrid vive simple y llanamente de los chispazos de talento de los jugadores que tiene arriba. Vinicius se inventó un paso de exterior para Endrick que, completamente sólo, definió a la perfección con una suave picadita. Minuto 30 y el Real Madrid empataba el partido y se volvía a poner por delante en la eliminatoria. El Bernabéu se entregaba al chaval, que, otra cosa no, pero ganas le echa. Y Muchas. Y eso le hace falta a este equipo. Poco más sucedió en una primera parte que acabó igual que empezó.
El Real Madrid no cambió mucho el guion de lo visto en la primera parte. El inicio de los segundo 45 minutos fueron espesos, sin mucha historia. Los minutos pasaban entre tímidas llegadas de la Real Sociedad, que merodeaba el área de Lunin sin tampoco ser muy incisivo. El Real Madrid, por su lado, se abrazaba a un Endrick supersónico, estaba en todas partes del campo, la pedía siempre, se desmarcaba… Una locura para tener sólo 18 años.
No lo entendió así Ancelotti, que nos robó la Navidad en el minuto 65: sustituía a Endrick por Mbappé. El Bernabéu respondía con una tronadora ovación para el brasileño. La de Mbappé, aunque algo menor, tampoco se quedó atrás. Imanol quisó agitar el árbol, quitando a Barrenetxea, autor del gol, y entraba Sergio Gómez. Zubimendi, en medio de los rumores creciente de su fichaje por el Madrid, a punto estuvo de adelantar de nuevo a la Real en el 69′: cabezazo certero que hizo estirarse a Lunin. Paradón para salvar a los de Ancelotti. El partido continúo en esa peligrosa nada en el que, el Madrid no buscaba ampliar su ventaja; y la Real tampoco conseguí hacerle daño al Madrid. Los minutos pasaban y nos acercábamos al final.
No le hizo falta mucho a la Real Sociedad para volver a adelantarse en el marcador en una jugada que vuelve a evidenciar los problemas del Real Madrid. Pasividad defensiva total por el flanco izquierdo, y Pablo Marín, que vio como nadie le salía, se metió hasta la cocina, centró al área y Alaba introdujo el balón en propia puerta. Enésimo drama en el Bernabéu.
El Madrid entró en modo Liga. Bueno, en modo temporada 24/25. La Real, esta vez sí, olió la sangre, y acumuló varias llegadas de las que hacen al público del Bernabéu contener el aliento. El madridismo ya se estaba cansando. Vini se llevó una pitada en el 79′ y, 1 minuto después, llegó el drama al Bernabéu. Porque en una jugada extraña, que se embarulló, acabó en el tercer gol de la Real Sociedad. Oyarzabal. Ahora sí, la pitada ya no era tímida.
La situación ya había pasado a otro estadio y, en medio de la nada, apareció el Vini que el Madrid necesitaba. Jugadón por la banda izquierda, se fue de su primer marcador con un taconazo de espaldas, llegó a línea de banda, la puso atrás, y Bellingham remató a placer. Era el minuto 82. Y despertó, de nuevo, el Madrid, que parece que sólo aprieta cuando lo necesita. Y cuando aprieta, es un vendaval. Vini tuvo el empate en el 83′ en un mano a mano dónde aguantó fenomenal Remiro. En el córner posterior, Tchouaméni remató y Remiro, esta vez, erró en atajar un remate que parecía fácil. Empate a 3 y el Madrid, por delante en la eliminatoria. Locura total en el Bernabéu.
La locura no iba a ir a menos, por ambas partes, porque la Real, lejos de sentir el miedo de sentirse de nuevo maltratado por la magia del Bernabéu, apretó el gatillo en el descuento para volver a empatar la eliminatoria. Oyarzabal, que siempre está en el sitio adecuado en el momento adecuado, aprovechó que Lunin se comió un centro lateral para colocar el 3-4 en el Bernabéu; 4-4 en el global. Vuelta a empezar y esto parecía irse a la prórroga.
Como el día del Celta, el Madrid afrontaba otra nueva media hora extra para intentar meterse en la final. Y arrancó bien. Una internada de Mbappé acabo con un disparo de Vinicius, desde la izquierda, que se marchó al lateral de la red. Pero fue de más a menos y el cansancio hacía aparición. Ancelotti no movía el banquillo, a pesar de tener a Guler y Brahim calentando desde el inicio del tiempo extra. La primera parte pasaba sin noticias de la Real y, el Madrid, sin muchas fuerzas para plantarse con claridad en el área rival. La tuvo Mbappé al final, pero no acertó a rematar tras dos buenos recortes. A la segunda mitad.
Ancelotti, esta vez, sí que iba a agitar el árbol para los últimos 15 minutos. Asencio y Rodrygo fuera; por los ya mencionados Guler y Brahim. Oyarzabal y Take también se marchaban por Oskarsson y Mariezkurrena. La jugada polémica no se hizo esperar. Una entrada muy dura de Anasagasti a Vinicius se saldó, sólo, con tarjeta amarilla. Porque la entrada era de roja, clarísima. Parecida a aquella de Mbappé en Cornellá. Inexplicable.
La locura del Real Madrid se puede explicar de muchas maneras, pero si necesita ponerle nombre y apellidos, ese es Antonio Rudiger. Entró en la prórroga y acudió a la cita cuando más lo requería el Real Madrid. En el 115′, cuando no había pasado casi nada, remató un córner, que puso perfecto Guler, al fondo de la red. Se desataba la locura en el Bernabéu. Otra vez. E iba a ser la definitiva. Porque el Madrid sostuvo el resultado para cerrar la noche del ya 2 de abril. Final de Copa del Rey para un Real Madrid, que estuvo espesó, que estuvo mal, que por momentos estuvo fuera, que casi vuelve a caer… pero siempre encuentra la manera para sobrevivir. Próximo destino, La Cartuja.