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·8 giugno 2025

Troncoso: “Lo que se siente jugando en este club no se consigue en ningún otro lado”

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“Lo que se siente jugando en este club no se consigue en ningún otro lado”. La frase, dicha con convicción y emoción, resume la historia de una futbolista que transformó su pasión en destino y brindó una extensa entrevista a la Revista oficial del club. Carolina Troncoso, delantera de 34 años y fanática de Boca desde la cuna, volvió en 2023 al club de sus amores y encara su segunda etapa con una mezcla de madurez, hambre de gloria y sentido de pertenencia que la distingue en el fútbol femenino argentino.

Desde Berazategui al mundo, su recorrido no fue fácil ni lineal. Comenzó a jugar al fútbol desde los cuatro años, rodeada de amigos y de su hermano, en las calles del sudeste del Gran Buenos Aires. Pero su camino profesional recién arrancó a los 19, cuando tomó una decisión clave: dejar su trabajo como recepcionista y dedicarse por completo al fútbol, aun sin un sueldo asegurado. “Siempre tuve claro que la pasión puede más que cualquier otra cosa”, confiesa Troncoso, con la seguridad de quien sabe que siguió el camino correcto.


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Un recorrido sin fronteras

Su debut formal fue en Estudiantes de Buenos Aires, pero su talento la llevó rápidamente a nuevos horizontes. Jugó en Colombia, luego en Israel, y vistió la camiseta de la Selección Argentina en cinco ocasiones. Incluso incursionó en el futsal, primero por necesidad económica, después por puro gusto, llegando a integrar también la Selección Nacional de esa disciplina. “Me queda pendiente jugar un torneo más importante con Argentina. Es un deseo que todavía late fuerte”, admite.

Cada lugar la marcó de una forma distinta. La experiencia internacional amplió sus horizontes, la exigencia del futsal pulió su técnica y su velocidad se convirtió en una de sus principales armas. Así nació el apodo “la hija del viento”, que hoy lleva con una mezcla de orgullo y humor. “Hace poco me dijeron también ‘Colapinto’. Hay que tomarlo con gracia”, bromea, comparándose con el piloto argentino.

Boca, su lugar en el mundo

Pero si hay un lugar en el que se siente verdaderamente en casa, ese es Boca Juniors. Su vínculo con el club va más allá del contrato, más allá del fútbol: es emocional, casi familiar. Jugó su primer ciclo entre 2016 y 2022 y regresar en 2023 fue, en sus palabras, como volver al hogar. “Desde que saludo a la gente de seguridad hasta que entro al vestuario, siento que estoy en familia. Parece un cliché, pero en Boca realmente se vive así”, asegura Troncoso.

Su regreso no fue solo simbólico. Fue protagonista dentro del campo de juego y también como referente para sus compañeras más jóvenes. A sus 33 años, sabe que la experiencia también se transmite con exigencia, con gritos alentadores en los entrenamientos, con ejemplo y dedicación. “A veces es más lo que les gritamos que lo que ellas vienen a preguntarnos”, dice entre risas, con la certeza de que cada consejo cuenta.

Y claro, hubo momentos inolvidables. Como aquella vez en que jugó en La Bombonera. “El primer partido fue antesala de uno de Primera. En el segundo tiempo, la cancha estaba llena. Me daban ganas de lagrimear por lo que veía. Estaba más pendiente de la hinchada que del partido”, recuerda emocionada.

La identidad xeneize

En la anteúltima fecha del último torneo, Boca jugaba contra Racing. Troncoso, incansable, marcó un gol en el minuto 94. El equipo había estado con una jugadora menos gran parte del partido. El gol fue un desahogo, un símbolo de resistencia y mística xeneize. Se besó el escudo, celebró con sus compañeras, y dejó una frase que resume el ADN del club: “Queríamos demostrar que acá en Boca se gana siempre. Es parte de nuestra identidad y de lo que somos como club”.

Esa identidad, ese fuego interno, también la guía en su presente y en sus planes a futuro. Mientras estudia el profesorado en Educación Física, ya piensa en lo que viene: una vida ligada al fútbol, aunque aún no sepa en qué rol. Técnica, entrenadora, formadora, dirigente… todo es posible cuando el motor es la pasión.

Octubre y el sueño continental

El próximo gran objetivo tiene fecha: octubre, cuando Boca dispute una nueva edición de la Copa Libertadores Femenina. El año pasado terminaron terceras. Este año, quieren más. “Siempre queremos ir por más. Por eso hacemos deporte: porque somos competitivas”, dice con la determinación que la caracteriza.

Carolina Troncoso no solo representa el presente de Boca. También encarna una historia de lucha, amor por la camiseta, perseverancia y transformación. Una historia que se escribe cada día, en cada entrenamiento, en cada grito de gol, en cada mirada al escudo azul y oro que lleva sobre el corazón.

Porque para ella, como para tantas hinchas y futbolistas, Boca no es solo un club. Es una casa. Es una vida. Es una pasión.

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