Todofutbol.cl
·13 settembre 2025
Vea la asistencia de lujo de Alexis Sánchez para el empate del Sevilla ante Elche

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Segundo tropiezo del Sevilla Fútbol Club Sociedad Anónima Deportiva en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán contra rivales destinados a pelear por evitar el descenso al final de la temporada, justo lo mismo que la escuadra que entrena Matías Almeyda y que ofreció la sensación de confundir el fútbol con el atletismo. De otra forma no se puede entender que quiera correr más que un maratoniano y que, lógicamente, acuse el esfuerzo con el transcurrir de los minutos en la segunda mitad.
Casualidad tal vez, pero el Campeonato del Mundo de Atletismo comenzaba esta madrugada en Tokio y parece que los futbolistas que defienden el escudo de este Sevilla podrían perfectamente en esa maravillosa modalidad deportiva. Todos ellos protagonizan un continuo correr y correr, ir a marcas individuales por todo el campo, con el desgaste que eso conlleva, y lo peor es que se olvidan después de la pausa necesaria para tener la pelota en su poder y poder tomar aire antes del siguiente esfuerzo para la recuperación.
Este Sevilla iba a desarrollar durante el primer tiempo el fútbol que parece gustarle a su entrenador, Almeyda, y a todo su cuerpo técnico. Todo es, pues, correr, correr y correr, nada de tratar de tocar el balón, un objeto al que se le da menos importancia en el manual de instrucciones del entrenador argentino. No se sabe bien si todo se debía a que el césped presentaba un aspecto lamentable para jugar al fútbol o que se trata de desarrollar siempre esa idea.
Porque el verde estaba muy bonito en apariencia, sin ninguna calva, pero a la hora de la verdad, cuando el balón debía rodar por él, todo era lento, pastoso e irregular. A todos los futbolistas, también a los del Elche, por supuesto, les costaba un mundo poder controlar el esférico, casi siempre se les quedaba atrás y parecía una situación extremadamente complicada darle continuidad a la circulación.
Tal vez por ello Isaac no pudiera aprovechar la primera oportunidad que se le presentó, cuando Rubén Vargas robó un balón en una situación muy avanzada y el lebrijano no fue capaz ni siquiera de controlarlo cuando tenía una situación muy ventajosa para haberse plantado delante de Dituro con posibilidad de firmar el primero de la noche.
No fue así y el Sevilla, con importantes novedades en el primer once elegido por Almeyda con la plantilla definitiva, y con un planteamiento con tres centrales para que Alfon tuviera todo el carril izquierdo, siguió desarrollando el fútbol que le pedía su entrenador. Todos estaban emparejados y seguían a su hombre hasta el aseo si hacía falta. Eso dificultaba muchísimo la salida del balón que tanto le gusta a Eder Sarabia, como buen discípulo de ese tipo de juego, pero el problema se adivinaba pronto: ¿hasta cuándo duraría el combustible en las piernas de los sevillistas con tantos esfuerzos continuados?
Esa pregunta sólo se podía contestar a partir de la hora del partido, pero mientras llegaba esa situación lo que sí aconteció fue el primer tanto de los nervionenses. Un balón que ponía el debutante Mendy en una zona complicada lo peleaba Rubén Vargas de cabeza y la pelota se quedó botando para que llegara Isaac en carrera y conectara un derechazo, con su pierna menos buena, a la red. Inapelable remate del delantero centro sevillista, que sumaba su segundo gol en dos jornadas.
Isaac siempre fue un goleador de rachas desde los tiempos en el filial y ahora le tocaba a los suyos saber manejar una situación en ventaja. El Sevilla, cierto es, creció en su fútbol, incluso Nianzou se gustó en algunas salidas tocando el balón desde atrás, pero todo seguía siendo muy atropellado y siempre estaba pendiente esa incógnita sobre el físico debido a la multitud de carreras que exige el manual que le gusta a Almeyda.
La x de la ecuación se iba a despejar pronto en la segunda mitad. En el minuto 54, casi en los albores de la reanudación se comprobaba la debilidad defensiva del equipo en una acción en la que el veterano Azpilicueta no tuvo el punto de aceleración necesario para seguir a un atropellado Martim Neto. Éste tuvo todo el tiempo del mundo para darle el pase de la muerte a su compatriota André Silva, quien anotaba a placer el empate en el marcador electrónico.
INGRESA ALEXIS SÁNCHEZ Y SE NOTA
No tenía buena pinta el partido para el Sevilla con esa igualada. Almeyda se vio obligado a un triple cambio con el fin de cambiar la tendencia del juego y metió en el campo a Castrín, Suazo y Alexis Sánchez, que debutaba con casi 37 años en el estadio nervionense. Salían Nianzou, cada vez más acelerado, Alfon, que tuvo que sufrir para jugar en la posición de carrilero izquierdo y Gudelj.
El equipo era más coherente sobre el campo, con Agoumé y Mendy en la labor de correr y un mediapunta con calidad en la persona del veterano chileno. Pero el segundo golpe no pudo ser más doloroso para todos los moradores del Ramón Sánchez-Pizjuán. Una falta absurda de Suazo en el borde del área la transformaba Rafa Mir para que todo el estadio estallara contra los gestos del futbolista que aún paga, en una elevada proporción, el Sevilla Fútbol Club SAD.
No se olvide ese dato para valorar la mala gestión de José María del Nido Carrasco, José Castro y quienes lo acompañan en el palco. Pero eso sirvió para crear un ambiente bélico en las gradas y también en el césped. No hay más que ver cómo celebraba Juanlu mirando a su antiguo compañero la validación del empate de Peque para valorarlo.
Porque el Sevilla fue capaz de igualar el choque con un detalle de calidad de Alexis Sánchez y el disparo de Peque.
Incluso pudo ganar si Alberola no hubiera variado su criterio siempre permisivo en un gol anulado a Isaac por una faltita muy dudosa. Pero el manchego sancionó la falta y todo se quedó en un punto para cada uno. El Sevilla demostró que tiene sangre, pero haría bien en jugar un poco más al fútbol y en correr algo menos.
/Escrito por Francisco Jose Ortega para El Diario de Sevilla. Video: ESPN
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