
La Galerna
·13 luglio 2025
¿Y si no hace falta quemar Roma?

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·13 luglio 2025
Aún retumba el eco de la estruendosa derrota sufrida ante el club-estado de moda en Europa y vigente campeón de la Champions League y el madridismo, lejos de lamerse las heridas cuál león malherido, reflexiona más bien acerca de la posibilidad de prenderse fuego a sí mismo, quién sabe si con el objetivo de renacer de sus cenizas cuál ave fénix ha demostrado ser el equipo a lo largo de los últimos años en las eliminatorias europeas o simplemente con el de ver arder lo que cree que son las ruinas de la mayor obra jamás construída, con la firme creencia de que la única manera de alcanzar un nuevo esplendor es haciendo una nueva desde cero.
Al madridismo le aqueja una fuerte decepción provocada por el oasis de ilusión que había generado la buena marcha de los pupilos de Xabi en los primeros partidos del Mundial de clubes. Sin embargo, la realidad, hosca y dura como ella sola, acabó por imponerse en forma de mazazo a manos del que, hoy por hoy, es el equipo más en forma del mundo. ¿Era realista sopesar la posibilidad de que un Madrid recién nacido como aquel que dice, con apenas un mes de trabajo (falso, pues Xabi no dispuso de todo el plantel hasta prácticamente su llegada al nuevo continente) pudiera plantarle cara al mayor titán existente en la actualidad? Sólo en nuestras fantasiosas mentes, contaminadas por la magia de un equipo que nos ha bien o mal acostumbrado a convertir lo imposible en algo rutinario.
Tratando de poner todas las circunstancias en su respectiva perspectiva, me resulta más complicado hallar decepción que tristeza en mi ser. Tristeza atribuida a ese caprichoso azar que se disfrazó de errores de bulto de Rüdiger y Asencio y nos impidió ver el verdadero partido que se habría dado en condiciones normales para comprobar así cuán lejos estamos aún de la máxima élite.
Percibo, sin embargo, una excesiva severidad por parte de la afición, ávida de culpables a los que echar a los leones y que demanda un intervencionismo inmediato a un club que ya se ha movido con la celeridad del rayo en lo que al mercado se refiere, teniendo ya fichados al entrenador del nuevo proyecto, así como a Trent, Huijsen, Franco Mastantuono y, parece que esta vez sí, a Álvaro Carreras.
me resulta más complicado hallar decepción que tristeza en mi ser. Tristeza atribuida a ese caprichoso azar que se disfrazó de errores de bulto de Rüdiger y Asencio y nos impidió ver el verdadero partido que se habría dado en condiciones normales
Además, por lo que parece filtrarse, el club tiene intención de seguir moviéndose para incorporar más leña a la defensa y el centro del campo, suponemos que dando lugar también a determinadas salidas necesarias.
Dentro de estas últimas es donde se hallan aquellos que exigen quemar Roma hasta los cimientos y asir el catálogo de ladrillos en el que buscar cuál es el más adecuado para nuestro nuevo Coliseo, mas es en este punto en el que debe imperar aquello que Baltasar Gracián denominó como “El arte de la prudencia”, que dió título a su libro.
A esa afición tan impaciente y exigente en cuanto a títulos, que con tanta premura quiere quemar Roma, es de rigor en primer lugar recordarles que Roma no se construye en un día, y en segundo sentarse a reflexionar en las circunstancias que han rodeado al fracaso de esta temporada.
La preparación física y las lesiones, especialmente de la línea defensiva, han destruído sin miramientos el suelo de un equipo que nunca ha llegado a sostener cierta solidez en los pasados meses. Es de esperar que, una vez realizada una pretemporada adecuada y recuperando (o fichando, como se dice, activos en dicha parcela) la situación vaya mejorando paulatinamente por sí sola.
En segundo lugar, el proyecto de Xabi es uno que no se levanta de la noche a la mañana. Son muchos automatismos nuevos, así como una metodología diferente a la anteriormente empleada y que demanda tiempo y trabajo para asentarse. Xabi llegó al Leverkusen en caída libre y los resultados positivos no empezaron a aparecer hasta pasado un mes de su llegada. Aquí, teniendo en cuenta el parón de selecciones no ha tenido ni siquiera ese tiempo y aún así ya se han visto varios signos positivos.
En cuanto al punto que más polémica está generando, el referido a la incompatibilidad de Vinícius y Mbappé y a su supuesta falta de trabajo, dudo mucho que una venta del uno o del otro sean la solución al bendito problema de contar con dos de los mejores atacantes del mundo sin discusión. Vinícius, más allá de lo alicaído que parece tras la polémica del balón de oro, no ha estado en su cénit físico más que un par de meses en toda la temporada y en este estado ha jugado el Mundial; mientras que Mbappé ha sufrido una enfermedad que también ha condicionado su físico y su aportación en el mismo.
el proyecto de Xabi es uno que no se levanta de la noche a la mañana. Son muchos automatismos nuevos, así como una metodología diferente a la anteriormente empleada y que demanda tiempo y trabajo para asentarse
Antes de destruir este proyecto sin haber visto el amplio abanico de posibilidades en ataque que ofrecen estas dos bestias (creo que demasiada gente está pecando de olvidar lo buenísimos que son), deberíamos dejarles disfrutar de sus vacaciones, olvidar esta mala temporada y abrazar el proyecto de Xabi en la próxima campaña. El donostiarra es un entrenador inteligente y sin duda hará ver a los atacantes dos aspectos: la importancia de la presión en el estilo de juego que quiere imponer y el nimio trabajo que les requiere una carrera explosiva de apenas 5 metros que puede suponer una rápida recuperación de balón que les haga llegar el mismo a una posición de peligro en área rival.
Si tras la misma permanecen los vicios, se podrá el club preguntar con mayor autoridad si realmente sobra alguno de los dos, pero sinceramente, creo que lo único que necesitan Vini, Mbappé, Xabi y el Real Madrid es exactamente lo mismo: tiempo y trabajo.
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