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·7 aprile 2025
¿Y si sí?

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·7 aprile 2025
«Vamos a seguir insistiendo». Claro y conciso el mensaje de Simeone tras ganar al Sevilla. Cómo no seguir picando piedra tras una jornada casi redonda. Cómo no hacerlo en una semana en la que lo que era un adiós definitivo ha tornado en un último clavo ardiente al que aferrarse. Y eso, en un Atlético que no deja de creer, son motivos sobrados para seguir plantando batalla. Porque es difícil, pero no imposible.
Con un equipo en la lona, magullado por el golpe copero, el fútbol vuelve a demostrar que es caprichoso. El mismo que ha enterrado los grandes sueños colchoneros en apenas un mes es el mismo que abre ahora una última rendija por la que colarse. Ese es el encanto de un deporte seguido por millones de personas que vuelve loco hasta al más cuerdo. En clave rojiblanca, el subir y bajar de las nubes que tanto conoce una afición acostumbrada a lo mejor y a lo peor en partes iguales.
El caso es que el gol de Pablo Barrios es una invitación a creer y soñar con lo que pintaba a imposible. Un estreno goleador en LaLiga en un momento diferencial. Una cabalgada y un pase a la red para evitar otra losa sobre un conjunto que necesitaba reencontrarse con la felicidad que da un triunfo. Y que ahora, con nada que perder y sí mucho que ganar, tratará de poner contra las cuerdas a Barcelona y Madrid. Ellos también pueden caer, lo han demostrado.
Probablemente el Atlético se cambiaría hoy por cualquiera de sus dos grandes rivales. Estar vivo en las tres competiciones a estas alturas es una suerte de la que no disfrutan todos. Pero esa fortuna puede transformarse en un arma de doble filo en las ocho jornadas ligueras que quedan por delante. Ir al límite físico y mental con la carga que ya luce en las espaldas no es sencillo de gestionar.
La muestra está en un fin de semana de sorpresas inesperadas. El Real Madrid cayó en casa ante el Valencia y el FC Barcelona, que tenía a su alcance un mazazo de campeón, no pasó del empate ante el Betis. Las cuentas son claras, los de Simeone están a siete puntos del líder y a tres del vecino rival. Con 24 puntos en juego y un «Clásico» entre medias, pueden pasar muchas cosas.
Para que se den los acontecimientos que podrían convertir la utopía en algo real hay una cuestión evidente. El Atlético de Madrid debe cumplir con su parte e intentar ganar las ocho jornadas que tiene por delante. El cuadro rojiblanco podrá descansar y preparar cada encuentro con el suficiente tiempo como para tener garantías de ser capaz de sacar los 24 puntos que están a su alcance.
Y entonces, si se da ese caso, tocará esperar más tropiezos de sus predecesores. En contra de Barça y Madrid está la carga de partidos que implica seguir vivos en Champions y tener que disputar la final de Copa del Rey. Un juego de despistes en el que Simeone y sus muchachos pueden ir recortando distancias a mordiscos.
Dos meses de competición para el Atlético, de competiciones para Barça y Madrid. Hasta que los números no digan lo contrario, fieles a las palabras de su líder, los que van de rojiblanco van a seguir insistiendo. Mientras haya opciones, hay vida. Si se cree y se trabaja, se puede. Sería fácil decir que no, pero… ¿y si sí?
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