Grada3
·27 de outubro de 2025
Carreras secó a Lamine Yamal en el Clásico. Así fue su partido de menos a más

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Álvaro Carreras fue el encargado de bailar con la más fea en el Clásico. El de Ferrol tuvo que medirse a Lamine Yamal, quien llegaba lanzado al Bernabéu después de sus declaraciones sobradas acerca del Real Madrid, y el lateral izquierdo del Real Madrid hizo nuevamente un partidazo. Después del derbi del Metropolitano en el que el ex del Benfica sufrió mucho, parecía que había perdido confianza y que no era el mismo futbolista que había comenzado la temporada en Chamartín. Su confianza, su nivel y su adaptación fue tan inmediata, que sorprendió a todos los habidos y por haber en la capital. Sin embargo, en el Clásico hizo ‘clic’ y se comió a Lamine Yamal.
Carreras comenzó el partido ante el FC Barcelona en el Bernabéu, igual que empezó la temporada: con confianza, exhibiendo su zancada y su buen toque de balón, y con mucho atrevimiento para hacer cosas diferentes sobre el terreno de juego. Desde el inicio de partido, se sumó al ataque como un centrocampista más, sus internadas generaron mucho peligro a la defensa del Barça y fue la pesadilla de Lamine Yamal durante todo el encuentro. La primera vez que el delantero azulgrana y el lateral merengue se midieron en carrera, el defensa gallego le comió la tostada y Lamine acabó en el suelo en la línea de banda. Eso hizo estallar de euforia al Bernabéu, que celebró la acción defensiva como si de un gol se tratase.
Desde el inicio, Álvaro Carreras estuvo correctísimo en la posición a la hora de defender a Lamine Yamal, se mantuvo concentrado y las ayudas que recibía por parte de los centrocampistas, fueron fundamentales para que el gallego también pudiese recuperar y transitar como más le gusta. Además, combinó muy bien con Vinicius en la primera parte, y el costado izquierdo del Real Madrid fue un arma letal para generar ocasiones una y otra vez sobre la meta que defendía Szescny.
Más allá de lo que ofreció en el césped, se vio en él un jugador con madera de líder. En cada acción y en cada jugada en la que Lamine Yamal intentaba generar ocasiones, que, por cierto, no le salió nada. Pero en parte fue gracias al buen hacer del de Ferrol, quien le comió la tostada y le ganó la batalla psicológica. Después de las declaraciones del delantero del Barça, que no gustaron nada al vestuario del Real Madrid, Carreras tenía la misión de frenar al futbolista que más peligro podría crear sobre la portería blanca. Y no lo hizo porque el partido de Álvaro fue espectacular, serio y de admirable.
El conjunto de Xabi Alonso necesitaba como el respirar un partido así, y sobre todo, una victoria ante el Barça en un Clásico, después de lo vivido la temporada pasada en los partidos ante el eterno rival. Es por ello por lo que los futbolistas salieron con sangre en los ojos, con el cuchillo entre los dientes y conscientes de que el Clásico era una ‘final’ con el Bernabéu como testigo. El Madrid triunfó y Carreras ‘calló bocas’ a un enorme jugador como es Lamine, pero que vendió la piel del oso antes de cazarlo.









































