AtleticoSport.es
·12 de janeiro de 2025
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La tarde no iba a ser fácil en el Metropolitano tras ganar por la mínima y seguir vivos en la Copa del Rey. El Atlético de Madrid afrontaba su primer duelo de La Liga recibiendo a un siempre correoso Osasuna en casa. Un partido en el que el Cholo Simeone sorprendía con la presencia de Gallagher en la medular y con poca presencia por la izquierda. Ni en el ataque ni en las ayudas a la medular. Pero lo más clamoroso fue el arbitraje de Díaz de Mera. No se llegó a los diez minutos de juego y Giuliano pisó línea de fondo, con más fe que otra cosa, puso un centro y Griezmann adelantó al Atlético.
Enloquecía el Metropolitano, en busca de una victoria para certificar un récord histórico, pero el árbitro no lo iba a permitir. Griezmann remató con el brazo pegado al cuerpo y después de la llamada del VAR, el gol quedó anulado. Nadie entendía nada, ya que el francés no podía deshacerse de su brazo, y la afición respondió con un «estoy hasta los huevos del Barça y el Madrid«. Y no se llegó al cuarto de hora cuando Julián Alvarez, sólo en el punto de penalti, remató muy flojito y desperdició una ocasión clamorosa.
Tras esto, se sucedieron una serie de imprecisiones que hacían dudar a los aficionados. Mientras, el Osasuna sólo generó peligro en un balón parado con una salida en falso de Oblak. Una ocasión seria de los rojillos que vio como Julián Alvarez la volvió a tener, tras un gran pase de De Paul, pero estuvo impreciso el argentino. Se lamentaba la ‘Araña’ que veía imposible superar a Sergio Herrera. Ni si quiera asistiendo, justo antes del descanso, con un balón al punto de penalti que no encontró rematador.
A la vuelta del descanso Simeone dio paso a Samu Lino en el lugar de un desaparecido Gallagher. El brasileño empezó a ser más incisivo por la izquierda pero fue por la derecha, a la salida de un córner en corto, cuando Griezmann la colgó al área en una jugada ensayada, Lenglet la cedió atrás en el segundo palo y Julián, sólo, consiguió hacer el primero. Una jugada de las de antaño, ensayada y a balón parado para ponerse por delante en el marcador.
A partir de ahí el Atlético empezó a ceder terreno con respecto a Osasuna, que no iba a dejarse tres puntos así como así. El equipo comenzó a desmoronarse y por ello Simeone metió músculo en el centro del campo con Llorente, en el lugar de Giuliano. Les tocó a todos ponerse el mono de trabajo para mantener la portería a cero y con el cuadro navarro cercando el área, apenas llegó peligro sobre la portería de Oblak.
Corrían los minutos y el cansancio hacía mella para todos, por ello entró Correa en el lugar de un agotado Julián Alvarez. Y así se llegó al tiempo de descuento, donde se pudo sentenciar con una jugada rocambolesca. Con el Osasuna volcado salió a la contra el Atlético por medio de Javi Galán. Lanzó la contra el lateral extremeño, lanzó un centro envenenado y tras un despeje de la zaga rival y un rebote en un compañero, el balón acabó muriendo contra el poste de la portería de Sergio Herrera. Y el rechace no consiguió enviarlo al fondo de la red Correa.
Así murió un partido en el que el Atlético cosechó su decimocuarta victoria consecutiva, una cifra récord que además le hace ser campeón de invierno. Líderes, a pensar en el Elche y el resto son tonterías.