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·22 de janeiro de 2025
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Triunfo de la épica y del coraje, fruto de una noche mágica que recuerda las mejores noches del Calderón y que empieza a gestar a un Metropolitano legendario en Europa. 2-1 ante el Bayer Leverkusen y tres puntos imprescindibles para entrar en el top-8, que se ha puesto a tiro para el Atlético. Todo, después de la victoria de los de Simeone y tras los tropiezos de Aston Vila y Borussia Dortmund.
Nada hacía presagiar el final que se ha tenido en el Metropolitano, cuando Pablo Barrios veía la roja, después de una entrada desafortunada y que dejaba al equipo con diez, ante un equipo alemán que ya estaba dominando el juego, de un modo claro.
En los primeros quince minutos, la posesión estaba en un 66% para el Bayer y un 34% para el Atleti, manejando el equipo de Xabi Alonso muy bien el partido. Incluso con un gol anulado por fuera de juego, que era un ejemplo claro de la superioridad alemana en el comienzo de partido, triangulando con rapidez y presionando la salida de balón de los de Simeone, que no dejaba crear ocasiones a los nuestros.
Y llegó el fatídico minuto 25 con una entrada a Mukiele, que no dejó de ser un error que terminó en una de las claves del partido y que condicionó la noche y la gesta del Atleti. Curiosamente, cuando llega la expulsión de Pablo Barrios, el Leverkusen se descompuso un poco y empezó a no llegar con la claridad de los primeros minutos. Pero el sentir de todo el estadio era que llegase el descanso, para poder recomponer líneas y afrontar la segunda mitad con aires renovados.
Pero cuando menos se lo mereció el Bayer y con un empuje en el final de la primera parte, llegó el gol de Piero Hincapié, con un cabezazo inapelable, tras un excelente centro de Mukiele al segundo palo, al que nada pudo hacer Jan Oblak. Estabamos en el descuento y el golpe llega en el peor momento para los planes del Simeone.
Sin embargo, en la segunda parte todo cambió, empezando a mover ficha Simeone, con la entrada de Reinildo por Javi Galán. Una segunda parte en donde vivimos momentos clave que caían todos del lado del Atleti, propiciando que el sentir del partido, era que quien podía ganarlo el propio Atlético, con un campo entregado creyendo en el triunfo.
El siguiente punto de inflexión y quizás el más determinante fue la conexión entre Griezmann y la Araña antes de la hora de juego. Con el Atlético encerrado ante un Bayer Leverkusen que quería cerrar el partido, se propicia un contraataque de Julián Alvarez, que ganando la partida a Jonathan Tag y a Alejandro Grimaldo, cruzó la pelota a Matej Kovar e hizo un empate que cambiaba toda la tendencia que llevaba el partido hasta ese momento. El equipo empezó creer con más fuerza, el estadio empezó a creer con más fuerza y el Bayer empezó a dudar, y en ese momento empieza a ganar el partido el Atlético.
Otro momento importante de la contienda fue una nueva contra de Julián Alvarez, que en el costado derecho lo frenó Florian Wirtz, y pudiendo ver la segunda amarilla, se la perdonó Davide Massa. Un momento a tener en cuenta, porque hasta ese instante, Giuliano Simeone no paraba de tratar de presionar con Julián Álvarez y en un desborede por banda derecha, Piero Hincapié (héroe de su equipo con su gol en el primer tiempo) vio la segunda amarilla y se igualaban las fuerzas.
Con quince minutos por jugar en un 10 contra 10, llegaron dos cambios en el minuto 86, que serían fundamentales. Entraron al campo Samuel Lino y Ángel Correa. Y fue el argentino quien conectó con su compatriota Julián, que solo ante el portero, lo regateó y, a placer, sentenciaba la remontada, histórica y casi de leyenda… sobre todo si esta temporada se hace una gesta en Europa.
Ahora el Atleti se encuentra en el Top-8 y depende de sí mismo para evitar la ronda previa a los octavos de final. No está todo hecho, pero el paso de gigante que se ha dado no solo vale para la clasificación para la Champions, sino que por lo anímico, sirve y mucho, para la marcha de la temporada el Atlético de Madrid.
Hasta pronto y… !Aúpa Atleti!.