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·26 de julho de 2025

De futbolista a fumigador: la historia de una ex promesa xeneize

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Marco Bahamonde, quien inició su carrera en el fútbol a los 17 años, llegó a Boca Juniors en 1998 tras una destacada actuación en Provincial Osorno, su club natal en Chile. A pesar de las altas expectativas que generó, su paso por el xeneize no fue fructífero; permaneció cuatro años y nunca logró debutar oficialmente con el primer equipo, lo que marcó el inicio de un camino lleno de desafíos.

En Boca formó jugó tres partidos amistosos, dos desde el banco de suplentes y el tercero todo el encuentro. El 26 de enero de 2000 debutó en la Copa de oro, jugando los últimos 24 minutos en el amistoso ante Racing, ingresando por Gustavo Barros Schelotto; una semana después, por Copa Ciudad de Mar del Plata ingresó a los 24 minutos de la segunda etapa por Omar Sebastián Pérez, en la victoria ante Vélez Sársfield y luego jugó los 90 minutos del superclásico de verano, que terminó con victoria xeneize por 2 a 1 y significó la renuncia de Ramón Díaz como DT Millonario.


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Al no tener oportunidades, se unió a El Porvenir pero nuevamente no encontró continuidad. Tras varias experiencias sin éxito, Bahamonde regresó a Chile y jugó para Universidad Católica, antes de retornar a Provincial Osorno. Su última etapa en el fútbol fue con Deportes Temuco, donde una grave lesión truncó sus aspiraciones deportivas.

Con apenas 24 años, Marco tomó la difícil decisión de retirarse del fútbol, sintiendo que no pudo alcanzar el potencial que mostró en su juventud. Sin embargo, su vida no terminó en el campo. Tras su retiro, comenzó a trabajar como vendedor de calzado y eventualmente se dedicó al sector de fumigación de edificios.

Hoy en día, Bahamonde es dueño de su propio negocio en este rubro, lo que le permite llevar una vida tranquila y alejada del estrés propio de la carrera deportiva. Su historia es un recordatorio de que las trayectorias no siempre son lineales y que el triunfo puede encontrarse en nuevas oportunidades.

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