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La Galerna
·03 de março de 2025
Den el balón al Cholo
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·03 de março de 2025
En el imaginario colectivo madridista hay un partido tabú. Es un encuentro estigmatizado en su historia. El Madrid de Mourinho se encontraba con el equipo cliente de Negreira (sospechando que algo pasaba, pero sin saber aún que lo era) en partido de ida de la semifinal de la Champions. Mou decidió que la mejor estrategia era otorgar gentilmente la posesión a Xavi y compañía, esperarlo atrás y no ir a buscarlo ni siquiera si el rival se negaba a proponer nada ofensivo. El rival se negó, de suerte que no menos de dos terceras partes del partido consistieron en ver a los defensas y centrocampistas blaugranas pasándose el balón de manera inane mientras los madridistas les esperaban cerca de su área. Tikitaka inocuo. El plan era aguantar el 0-0 y otorgar los últimos veinte minutos a Kaká para que porfiase por un gol (si no lo lograba, tampoco era el fin del mundo, dado que presentarse con 0-0 en el Camp Nou sonaba promisorio por el doble valor de los goles en campo contrario).
Casi sale bien, a pesar de que a gran parte del público -y no digamos a la prensa presuntamente afín- ese planteamiento le pareció inaceptable. El piperío es rebelde porque el mundo le hizo así, y no soporta un partido coñazo ni aunque se trate de la opción más inteligente. No se sabe hasta qué punto habrían seguido rezongando si la cosa resulta. No resultó porque el árbitro interpretó que una entrada intempestiva de Pepe (en la que, sin embargo, no toca a Alves) merecía la roja. En esa tesitura, ni Kaká ni nada. Messi aprovechó la superioridad numérica para cascarnos un par de golazos.
El Atlético de Madrid 24/25 tiene estupendos jugadores, pero no tiene ningún Messi. Es más o menos razonable pensar que no nos quedaremos en inferioridad numérica si andamos con tiento. No dejo de pensar guarradas, cosas sucias, atrocidades. Por ejemplo, que Carletto podría plantear el partido de mañana como el portugués planteó aquel.
Es evidente que no llegamos en el mejor momento. En la dificultad, procede andar con cuidado, extremar las precauciones, ser conservadores. ¿Lo diré? Lo diré: plantear al Cholo un cerrojazo que le deje con el culo torcido. ¿En el Bernabéu? Sí, en el Bernabéu.
¿Lo diré? Lo diré: plantear al Cholo un cerrojazo que le deje con el culo torcido. ¿En el Bernabéu? Sí, en el Bernabéu
Hagamos pedagogía con el pipero. Amar a tu equipo en el fragor de la remontada épica es bien fácil. Vamos a ver si de verdad el madridismo es capaz de sacrificar sus noventa minutos de entretenimiento en favor de la clasificación de su equipo. Esa es la verdadera prueba de fuego del amor. Amar cuando la pasión eriza el cuerpo es bien fácil. Vamos a ver si el público aguanta el peso de la rutina, un amor en zapatillas de andar por casa pero con opciones serias de llegar a cuartos. Cambiemos el sentido de la manida frase “el Bernabéu apoyará al equipo”. Ahora lo que se pide a la grada es lo mismo de siempre, es decir, apoyar, solo que en este caso apoyar es aburrirse.
Dar al Cholo el balón es como dar una bicicleta a una foca monje del Caribe. No sabrá qué hacer con él. El Atleti es un equipo reactivo, de los que espera atrás y lanza un magnífico contragolpe a la menor ocasión. Sufre cuando le proponen que proponga. En medio del desconcierto, es posible que no suceda absolutamente nada en todo el partido. O sí. Es posible que Kaká sea Mbappé, o Vinícius, o cualquiera de los titulares, porque tenemos delanteros tan rápidos y buenísimos que su banquillo tiene que estar sobre el césped. El partido es aguantar atrás y lanzarles balones cuando haya ocasión.
Dar al cholo el balón es como dar una bicicleta a una foca monje del Caribe. No sabrá qué hacer con él
Si marcan el 1-0, es un resultado excepcional. Si no lo marcan, el empate sin goles es un buen resultado también. La vuelta es en su casa, ¿y qué? A la vuelta estará Jude, y hay un universo de distancia entre contar con el inglés y no hacerlo. Dejemos que se resuelva allí la cosa. Seamos inteligentes a la par que listos. Es una eliminatoria de astucia y sangre fría.
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