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·22 de outubro de 2025
Desvelan el motivo real de la cancelación del Villarreal-Barça en Miami: 'La verdad es...'

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El anuncio del Villarreal–FC Barcelona en Miami había generado expectación mundial. Sería la primera vez que un partido oficial de LALIGA se disputara fuera de España. Javier Tebas, presidente de la competición, lo presentó como un paso histórico hacia la globalización del fútbol español, sin embargo, la ilusión duró poco.
Mientras la Champions League centraba la atención mediática, LALIGA lanzó un comunicado oficial: el partido quedaba cancelado. En cuestión de minutos, las redes sociales se llenaron de reacciones. Aficionados, clubes y analistas intentaban entender qué había pasado, lo que parecía un simple contratiempo escondía un trasfondo mucho más complejo.
Desde Estados Unidos, algunos periodistas ya intuían que algo no iba bien. Fernando Palomo, de ESPN, explicó en El Larguero que el ambiente en torno al evento se había vuelto pesimista en los días previos. “Se hablaba de pequeños detalles administrativos, pero esos eran los verdaderos obstáculos”, comentó.
La opinión de Javier Tebas | Getty Images
El proyecto, según su versión, se anunció sin tener asegurados los permisos más importantes. Para organizar un partido oficial fuera de España, se necesitaban las aprobaciones tanto de la Federación Española como de la estadounidense, además de la autorización de CONCACAF.
Y ninguna de ellas había sido consultada oficialmente cuando Tebas hizo público el plan. Ese exceso de confianza, o de prisa, fue el principio del fin. Lo que debía ser una maniobra estratégica se convirtió en un problema diplomático entre organismos del fútbol internacional.
La confederación norteamericana jugó un rol determinante en la cancelación. Según Palomo, su postura fue clara desde el primer momento: el reglamento debía respetarse. “No fue falta de conocimiento, fue arrogancia ante el reglamento”, afirmó.
Directivos de CONCACAF que estaban presentes en el evento donde Tebas oficializó el partido quedaron sorprendidos. No sabían nada del acuerdo y, lo que es peor, no se les había pedido permiso. Esa falta de comunicación generó malestar y provocó una reacción inmediata.
Además, la confederación exigía que el árbitro designado fuera de su región, algo que las normas establecen en partidos disputados bajo su jurisdicción. Frente a esa firmeza, LALIGA no pudo avanzar. Ni siquiera UEFA intervino para mediar.
El Villarreal-Barça en Miami era una oportunidad para proyectar el fútbol español a nivel global. Sin embargo, la gestión apresurada y la falta de coordinación entre organismos lo echaron todo a perder. El sueño se desvaneció antes de despegar.
Lo ocurrido deja una lección clara: en el fútbol moderno, la diplomacia es tan importante como el espectáculo. Los errores de comunicación y la falta de respeto a los procedimientos pueden tener un alto coste.
Como dijo Palomo, “hubo más pantalones en CONCACAF que en UEFA”. Una frase dura, pero que resume lo ocurrido: el orgullo y la improvisación acabaron derrotando a un proyecto que pudo hacer historia. La verdad, al final, estaba en los detalles que nadie quiso mirar.
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