Fondo Segunda
·01 de agosto de 2025
El Andorra quiere blindarse con Baptiste Roux

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·01 de agosto de 2025
En la serenidad montañosa del Principado, donde el fútbol se vive con una mezcla de pasión y proyecto, el FC Andorra dibuja su próximo movimiento con precisión quirúrgica. Tras un ascenso trabajado y merecido, los despachos del club de Piqué se mueven con ambición. En el radar aparece un nombre poco mediático, pero tremendamente interesante. Baptiste Roux. Francés, central, zurdo y sólido como un muro de granito. No es una apuesta de nombre, es una apuesta de estructura. De equilibrio. De convicción.
EL MERCADO DE FICHAJES DE LALIGA HYPERMOTION
Roux, nacido en Bressuire en 1999, es uno de esos defensas que no suelen copar portadas. Pero que te hacen ganar ligas. O al menos competir para la permanencia. Formado en el En Avant de Guingamp, donde debutó en Ligue 2 y llegó a disputar casi un centenar de partidos entre el primer equipo y el filial, dio el salto a Portugal en el verano de 2024.
En su primer año en el AVS Futebol SAD, recién ascendido a la Primeira Liga, acumuló 19 apariciones en liga y una más en copa, sumando 1.592 minutos en total. Un gol, cuatro amarillas y una presencia constante en el once titular lo avalan como un central fiable, con lectura táctica y gran despliegue físico.
El FC Andorra ha fijado sus ojos en él por algo más que sus estadísticas. En el perfil de Roux hay madurez, polivalencia y una cualidad muy valorada en la Segunda División: saber sufrir. A sus 25 años, es zurdo, tiene 1,90 metros de altura y ofrece una combinación de contundencia y serenidad que no abunda en la categoría. Además, puede actuar como pivote defensivo. Lo que le convierte en una pieza táctica versátil para cualquier técnico que apueste por sistemas dinámicos. En este caso, Ibai Gómez, nuevo entrenador del conjunto andorrano, podría contar con él como eje de su sistema defensivo.
La necesidad del Andorra es clara. Armar una zaga sólida que le permita asentarse en la categoría y crecer desde atrás. En la anterior campaña en Primera RFEF, los del Principado fueron el segundo equipo menos goleado de su grupo. Y saben que buena parte del éxito en el salto a Segunda pasa por mantener esa solidez. El fichaje de Roux encajaría a la perfección en esa lógica. No se trata solo de talento, sino de mentalidad competitiva. Y también capacidad de adaptación a un fútbol más físico, más directo, más crudo.
Pero, ¿por qué un jugador que ya está en la élite portuguesa consideraría un paso hacia la Segunda española? Porque LaLiga Hypermotion, lejos de ser un escalón inferior, se ha convertido en un escaparate ideal para futbolistas con hambre de protagonismo. En ella han florecido centrales como Eric García, David López o Jorge Cuenca. En ella se pulen líderes. Y en ella, Roux podría dejar de ser promesa para convertirse en pilar. Además, el FC Andorra ofrece un entorno estable. Una propuesta de juego reconocible y un proyecto con ambición a medio plazo.
Desde el punto de vista económico, el fichaje no supondría una inversión inasumible. Con contrato hasta 2026, pero sin cláusula desorbitada, el AVS podría ver con buenos ojos una operación si el jugador desea cambiar de rumbo. Y si el Andorra pone sobre la mesa una oferta razonable. No hay cifras oficiales, pero medios lusos y fuentes cercanas al entorno del jugador estiman que la negociación podría cerrarse en torno al medio millón de euros. Es una cifra asumible para el conjunto tricolor si considera que Roux puede ser titular desde el primer minuto.
La llegada de Roux también encajaría con la política de fichajes del Andorra en los últimos años. Jugadores jóvenes, con formación en contextos competitivos, dispuestos a crecer en el club. En su momento fueron Pampín, Petxa o Álvaro Martín. Ahora, podría ser el turno de Baptiste.
En Segunda, los pequeños detalles marcan diferencias. Un mal despeje, una anticipación a tiempo, una lectura inteligente en una contra rival. Roux vive en esos momentos. No es un central vistoso, no destaca por salir en la foto del gol. Pero su huella queda en las jugadas que no suceden. Esas que el rival no llega a construir porque alguien lo vio antes. Porque alguien, como Roux, se adelantó con elegancia y contundencia.
En el Andorra saben que construir desde atrás no es solo una cuestión de talento defensivo. Sino de confianza. Y Roux transmite eso: calma, jerarquía, compromiso. Si se concreta su fichaje, el Principado no solo ganaría a un central prometedor. También a un símbolo silencioso de la nueva etapa que se abre. La de un club que quiere dejar de ser una curiosidad geográfica para convertirse en una certeza competitiva.
Quizá dentro de unos meses, cuando el invierno abrace las gradas del Estadi Nacional y los delanteros rivales choquen una y otra vez con ese muro francés, el nombre de Baptiste Roux deje de sonar lejano para formar parte del alma del Andorra. Porque en el fútbol, como en la vida, las mejores defensas no siempre hacen ruido. Pero cuando están, se nota. Y cuando faltan, se echan de menos.
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