El guerrero del Córdoba que conquista a la afición | OneFootball

El fútbol, tantas veces reducido a goles y puntos, guarda historias que trascienden el marcador. La del Córdoba CF en la última jornada frente al CD Castellón tiene nombre propio: Juan María Alcedo. El lateral izquierdo, con apenas 24 años, jugó gran parte del encuentro con una luxación acromioclavicular en el hombro. Una lesión grave que le obligará a pasar por quirófano. Y que lo apartará de los terrenos de juego hasta, probablemente, 2026.

Pero lo más impactante no fue la noticia médica, sino el gesto. No se rindió, no pidió el cambio. Terminó el partido, dejando en cada acción la huella del sacrificio.

El corazón del cordobesismo late más fuerte

En un estadio que respira historia y pasión como El Arcángel, el gesto de Alcedo fue percibido como algo más que un simple esfuerzo físico. Fue un acto de compromiso. De esos que quedan grabados en la memoria colectiva de una afición. El cordobesismo, exigente y pasional, sabe reconocer a los suyos. Y desde el pitido final, Alcedo ya no es solo un jugador: es un símbolo.

El lateral no será protagonista en las alineaciones durante los próximos meses. Pero ha ganado un lugar privilegiado en el corazón de los hinchas. En un fútbol cada vez más marcado por estadísticas y fichajes relámpago, su sacrificio devuelve la esencia de lo que significa defender un escudo. Jugar incluso cuando el cuerpo se rompe, porque la camiseta pesa más que el dolor.

Una baja sensible para el Córdoba, un legado inmenso

La baja de Alcedo supone un contratiempo deportivo para el Córdoba. Su fiabilidad en el costado zurdo y su capacidad para dar profundidad eran un valor añadido para el conjunto blanquiverde. El cuerpo técnico tendrá que reinventarse en lo táctico. Pero la herencia de Alcedo no se mide en minutos ni en estadísticas, sino en inspiración. Sus compañeros saben que dejó el listón del compromiso en lo más alto.

Cuando la lesión no borra la grandeza

La historia de Juan María Alcedo recuerda que el fútbol no solo pertenece a quienes levantan trofeos. También pertenece a quienes se entregan sin reservas. El Córdoba CF pierde a un lateral durante meses, pero gana un héroe eterno. Porque hay gestas que no se cuentan en puntos, sino en gestos. Y el hombro roto de Alcedo, sostenido por el amor a una camiseta, ya forma parte del patrimonio sentimental del cordobesismo.