El Milan de Modric le roba el trono al Napoli | OneFootball

Victoria mayúscula del Milan de Allegri. Los rossoneri recibieron la visita del actual campeón, el Napoli de Conte, y resistieron ante la adversidad. Una primera parte sublime de Pulisic le dio la ventaja al equipo de Luka Modric y, en la segunda mitad, el ejercicio de resistencia -y una pizca de fortuna- los mantuvo por encima pese a jugar con uno menos por más de 30 minutos. Los milaneses han desplazado al campeón del primer puesto de la clasificación.

Los locales tardaron más bien poco en ponerse en ventaja. Una incursión de Christian Pulisic por banda izquierda le permitió al estadounidense meter el centro al segundo palo para conectar con Saelemaekers y que el belga acribillara a Meret. El dominio rossonero era total; más allá de algún acercamiento napolitano, era el Milan el que dominaba los tiempos -por más que los azules tenían más el balón- a través de un inspirado Modric en la base.

Fueron los de Allegri los que tenían mayor claridad y hacían más daño en sus ataques. En algún centro pudo haberlo empatado el Napoli, pero faltó la precisión que al Milan le sobró. A la media hora de partido, Pulisic iba a engrandecer su figura; tras una gran asociación colectiva por el costado izquierdo, Fofana pivoteó para dejar al 11 de cara al segundo gol de los lombardos.

Tras volver del descanso, a un Milan ya de por sí replegado no le quedó otra opción que renunciar al ataque tras la expulsión de Estupiñán al minuto 57'; el Napoli había tenido el descuento en un cabezazo conjunto de McTominay y Zambo Anguissa hasta que Maignan intervino a punta de reflejos, pero el rebote le quedó a Di Lorenzo para empujar y Estupiñán lo derribó y se llevó la roja directa. De Bruyne tomó la responsabilidad y desde los once metros acercó a los suyos.

Toda la segunda parte se jugó en la mitad del campo del Milan. Los napolitanos asumían el protagonismo absoluto, el acoso era difícil de soportar. Allegri metió a la cancha al autosuficiente Leao, que volvía tras un mes fuera por lesión, y Conte esperó hasta el último cuarto de hora para cambiar nombres; los suplentes no pudieron cambiar el destino de un Napoli que mereció mucho y se llevó poco. Neres tuvo el empate con un disparo lejano que llevaba dirección de gol; un ligero desvío en Modric le dio suspense, pero la pelota se estrelló en el larguero.

El croata mantuvo el temple del Milan a lo largo de los noventa minutos. Gracias a él, el Milan pudo vivir algunos tramos de calma con balón hasta llegar al último pitido. Y cuando el árbitro indicó el final, todos en el banquillo local corrieron a celebrar. San Siro no había ganado un título, pero así se sintió. Tras una temporada complicada, en el norte de Italia se permiten soñar.