El Real Madrid se apaga en Anfield | OneFootball

Anfield volvió a ser un territorio hostil. Entre cánticos y banderas rojas ondeando al viento, el Real Madrid se marchó derrotado 1-0 ante el Liverpool y con la sensación de haberse quedado corto en todos los aspectos. Ni ritmo, ni ideas, ni pegada. Solo la figura gigante de Thibaut Courtois evitó que la herida fuera más profunda.

El inicio fue parejo, con los de Xabi Alonso intentando controlar el juego a través de Bellingham y Valverde. Pero el equilibrio se rompió pronto: el Liverpool impuso su presión asfixiante y empujó al Madrid hacia su área. El belga sostuvo el marcador con intervenciones decisivas pero el castigo llegó al 61’: Szoboszlai ejecutó una falta lateral con precisión y Mac Allister apareció para empujar el balón dentro del área. Otra vez, un balón parado volvió a desnudar al Madrid.

La reacción fue mínima. Rodrygo entró al 68’ buscando desborde y frescura en ataque, pero el brasileño apenas tuvo relevancia. Vinícius se diluyó entre los defensas, Bellingham perdió influencia y el equipo careció de soluciones. Cada intento terminó en pérdidas, imprecisiones o balones fáciles para Mamardashvili.

Courtois mantuvo la esperanza con una actuación sobresaliente, sosteniendo al Madrid hasta el pitido final. Pero no bastó. La imagen del belga sacando balones imposibles mientras el resto miraba resume el partido: un equipo superado, sin respuesta ante la intensidad del Liverpool y sin chispa para rebelarse.

Anfield fue un espejo cruel. Reflejó a un Real Madrid plano, previsible y frágil en las áreas. Europa no perdona esas noches. Y aunque aún queda camino por recorrer, el mensaje fue claro: sin alma ni contundencia, el pasado no basta.