Revista MadridistaReal
·23 de dezembro de 2024
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El partido de ayer frente al Sevilla fue mucho más que un simple partido. En primer lugar, porque los blancos ya aventajan al Barça en la clasificación con un partido menos. En segundo, porque les permite mantenerse a un solo punto del liderazgo. Pero el último y más importante, el Real Madrid que conocemos y queremos ya ha vuelto.
Los de Ancelotti han sido un mar de dudas durante este inicio de temporada. El poco tiempo de preparación en pretemporada, la falta de descanso de las grandes estrellas y las continuas lesiones, han provocado un rendimiento por debajo de las expectativas.
Ayer, el Real Madrid cuajó los mejores minutos de la temporada. No solo por los goles, también por el juego. Hubo varios aspectos a destacar y que el equipo viene mejorando en las últimas semanas. Parece que el título intercontinental ha energizado al equipo.
El primer aspecto, fue una presión coral, que ahogo toda posibilidad de salida hispalense. El equipo trabajó con intensidad y desde el primer minuto impidió que el Sevilla pudiese manejar el balón. La afición pedía que el Real Madrid mordiese y saliese a imponer su ley sin titubeos, ayer se consiguió. Esto puede ser una pista de dos cosas, por un lado, mejora en la concentración y también en el estado físico.
Después, en lo ofensivo, el equipo no dejó de generar ocasiones. Tuvo una idea eminentemente ofensiva y agresiva. El Real Madrid disfrutaba y la afición también. Las ocasiones fueron innumerables e incluso el marcador se quedó corto. Las sinergias funcionaron a la perfección y se sucedieron combinaciones que acababan en peligro. El Real Madrid asedió desde dentro y fuera del área, por tierra mar y aire. Ese es el fútbol que enciende al Bernabéu.
Angel Martinez/Getty Images
Mbappé brilló dentro y fuera del campo. Abrió el marcador con un golazo propio de su inmensa calidad. Se mostró ambicioso dibujando desmarques en la profundidad y también se le vió más atrevido, asumiendo la responsabilidad. Encontró a sus compañeros y comienza a entenderse mejor, para muestra el cuarto gol en el que inició la jugada, enlazó con Lucas y asistió a Brahim con un toque delicioso. El francés habló tras el partido y asumió lo que todos sabemos, no ha estado a su mejor nivel, entiende la exigencia del Real Madrid y en sus piernas hay mucho más fútbol.
Rodrygo volvió a marcar por tercer encuentro consecutivo, Valverde hizo su quinto gol de liga con un zapatazo imparable, Camavinga hizo un partido excelso en el lateral izquierdo, Brahim volvió a sumar, Lucas encontró redención y en definitiva, todos estuvieron a un gran nivel.
El Real Madrid parece volver. Quiere buscar esa versión fiable de la temporada pasada y sumarle el picante de las nuevas incorporaciones. Esto haría un equipo imparable, cerca de las expectativas generadas en verano.
La única pega, fueron las dos desconexiones en los goles en contra. Fue tanta la superioridad, que el Real Madrid se relajó y cometió dos errores que permitieron al Sevilla estar más cerca en el marcador, que en el juego. Esto provocó que Ancelotti parase los últimos cambios, seguramente enfadado con dar vida a un rival que había sido totalmente inferior.
El Real Madrid se marcha al parón navideño más vivo que nunca y con ganas de arrancar el 2025. El madridismo sonríe porque intuye que lo mejor está aún por llegar.