El Sporting activa otra compra millonaria | OneFootball

El Sporting de Gijón no quiere quedarse a medio camino. Su ambición es la de consolidarse como uno de los grandes candidatos en LaLiga Hypermotion. Después de ejercer la opción de compra por Dubasin, el club asturiano vuelve a sacar músculo económico. Y cierra otra operación importante: la adquisición definitiva de César Gelabert.

Según ha adelantado El Comercio, la entidad rojiblanca ha decidido abonar los 2 millones de euros estipulados en el contrato para hacerse con los derechos del talentoso mediapunta. El anuncio oficial, salvo cambio de planes, se realizará a finales del mes de junio. Una apuesta firme por un jugador que ha dejado grandes sensaciones en El Molinón.

Gelabert, una pieza clave en la idea de juego

El futbolista, formado en la cantera del Real Madrid y con paso también por el Castilla y el Albacete, ha demostrado en Gijón que su talento encaja a la perfección con el estilo ofensivo que busca implantar el Sporting. Su visión, capacidad para filtrar balones y desequilibrio en espacios reducidos han sido un factor diferencial.

El club ha valorado no solo su rendimiento sobre el césped, sino también su proyección. A sus 24 años, Gelabert sigue siendo un jugador con mucho margen de mejora. Retenerlo era una prioridad para la dirección deportiva. Era consciente de que puede convertirse en uno de los grandes nombres de la categoría si mantiene su progresión.

Sporting, decidido a construir desde la continuidad

Este segundo movimiento de compra por parte del Sporting marca una tendencia. La continuidad para los pilares del proyecto. Lejos de arriesgar con apuestas nuevas, el club está centrando sus esfuerzos en asegurar la permanencia de futbolistas que ya han demostrado su valía en el equipo.

Con esta operación, el Sporting lanza otro mensaje claro al resto de rivales: va en serio. Y lo hace con decisiones firmes. Que refuerzan tanto la plantilla como la confianza del entorno. Gijón vuelve a ilusionarse. El camino hacia el ascenso empieza en los despachos. Y en El Molinón ya lo han entendido.