“¿Esto es lo que nos espera?”: Pupilo de Pellegrini en el Betis relató indigna experiencia de España en Chile en el Mundial Sub 20 | OneFootball

(Foto: Sebastián Ríos Morales / Agencia Uno)

Una curiosa anécdota dio a conocer el pupilo de Manuel Pellegrini en el Real Betis, Pablo García, quien relató su experiencia y la de sus compañeros de la selección española durante su estadía en el Mundial Sub 20 de Chile 2025.

En esta, el formado en la cantera verdiblanca relató, con tono entre indignación y humor, la complicada experiencia que vivió el grupo en su primer día de entrenamiento en el país para la cita juvenil.

Mundial Sub 20: negativa primera experiencia de España en Chile

“Llegamos allí, era el primer día y teníamos que entrenar. Veníamos del viaje totalmente reventados, súper cansados, 14 horas de vuelo, con jet lag y todo. Llegamos y nos mandan a un campo de entrenamiento. Nos metimos en una parte un poco lejos de la ciudad, apartada, que no tenía muy buena pinta”, comentó en El After de Post United.

En ese momento, García comentó que “íbamos en el autobús, no sé qué no sé cuánto, y veíamos autos reventados, ruedas, neumáticos, piezas de autos, una calle súper estrecha, y de repente giramos a la derecha en el autobús y paramos, nos miramos y decimos: ‘No me lo creo que este es el campo de entrenamiento’”.

Lo malo del Mundial Sub 20: Campo descuidado, perros y arcos sin redes

Con sorpresa, García comentó que el plantel se encontró con “perros por el campo, los arcos no tenían redes, o sea, era una portería de tres palos, pero no había nada por atrás, cero. El césped tenía montañas, luego baches de 40 centímetros y perros corriendo por la cancha. Yo tengo fotos de eso, nosotros nos mirábamos y decíamos: ‘¿Esto es lo que nos espera aquí?’”.

“Por suerte fue solo un entrenamiento que como no era fecha FIFA todavía por así decirlo, porque todavía no había empezado el Mundial, nos mandaron allí y entrenamos muy poco, muy cortito, porque el riesgo de lesión era enorme, gigante”, agregó.

Ya con un tono más relajado, García agregó que “el césped sin regar, alto, nos cambiábamos de ropa en sillas, las duchas no iban… fue muy gracioso”.

“Ahora, el paisaje era muy top eh, con las montañas ahí, pero lo del césped fue muy gracioso. Cuando vimos a los perros correteando por allí y sin líneas el campo, no tenía nada, o sea, era como un campo en el que había tres palos en cada lado y ya está”, cerró.

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