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·16 de junho de 2025
Goleada vergonzosa

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·16 de junho de 2025
Cuando encajas un cuatro a cero en el partido en el que inauguras una nueva competición, el Mundial de Clubes, que apunta a ser grandiosa, en análisis que debe hacerse es severo, con una retrospectiva profunda, porque, a juzgar por lo visto ayer, pareciera que el Atleti fue a Estados Unidos a disputar unos amistosos intrascendentes, a pasar la gorra para enriquecer las cuentas de los dueños, porque no para reforzar el equipo, y los hinchas, allende el océano, estaban todos con la cara partida, tragando saliva, sin siquiera energías para encontrar una excusa, una salida. La horrible actuación del árbitro rumano, siempre al lado del poderoso, queda arrinconada cuando te comes un cuatro a cero, la horripilante gestión deportiva del club, sin refuerzos, también se va a la sombra, incluso lo grandioso del rival, da igual, no hay un excusa que soporte la lacerante vergüenza que supone un cuatro a cero en un partido de ese nivel.
Enfrente estaba el campeón de Europa, un equipo maravilloso que juega de memoria, con rapidez, con jerarquía, con mando, y también con contundencia. Se encontró el PSG de Luis Enrique enfrente en la primera parte un auténtico pelele, un equipo irreconocible a los mandos de Simeone. El Atleti de fuera de casa arranca otra competición siendo el Atleti de fuera de casa, como si no hubiera aprendido nada, como si de nada hubiera servido todo lo que ocurrió desde marzo. En seguida marcó Fabián un gol desde la frontal para encarrilar el partido, el disparo al que no pudo llegar Oblak no fue sino el refrendo de lo que se estaba viendo venir, especialmente por el flanco derecho del equipo parisino. Lino y Galán conformaron un perfil izquierdo casi vergonzante, absolutamente desbordados, fuera de sitio, sin siquiera ese plus de intensidad con el que a veces se tratan de paliar las carencias. El Atleti fue un despropósito en todas las líneas, la medular corría persiguiendo a Vitinha como pollos sin cabeza y los parisinos tocaban y tocaban y daba incluso la sensación de que se aburrían de tanto tocarla. Solo Julián y Giuliano lo intentaban a veces, pero era todo tan aislado que despertaban incluso ternura. Griezmann, que sorpresivamente terminó jugando todo el partido, apenas tocó la pelota, apenas ayudó en la presión, fue como un alma en pena que ahogó las esperanzas de todos aquellos que esperaban la resurrección tras la renovación.
PASADENA, CALIFORNIA – JUNE 15: Vitinha #17 of Paris Saint-Germain scores his team’s second goal past Javi Galan #21 of Atletico De Madrid during the FIFA Club World Cup 2025 group B match between Paris Saint-Germain FC and Club Atletico de Madrid at Rose Bowl Stadium on June 15, 2025 in Pasadena, California. (Photo by Harry How/Getty Images)
Hizo otro gol el PSG y así se llegó al descanso, con un partido aparentemente resuelto. En la segunda parte, Simeone ajustó al equipo poniendo uno más en el medio. Entró Koke por Lino y la situación mejoró bastante, tal vez también por la relajación parisina. El caso es que el equipo fue entonces el que debía ser siempre, durante quince minutos propuso, presionó, dejó ver el alma y así llegó el gol de Julián, que fue sorpresivamente anulado por el VAR por una falta anterior de Koke, estas cosas que nunca se terminan de entender. La cuestión es que esa jugada dictó que no iba a ser el día. A partir de ahí, Simeone hizo un triple cambio, dando entrada a Gallagher, Reinildo y Correa y posteriormente por fin entró Sorloth. El equipo estuvo bien sin alharacas hasta que el Lenglet se autoexpulsó con la ayuda de un colegiado terrible, que le sacó una segunda amarilla por una protesta inocua, que el central bien podría haberse ahorrado. Con diez sostuvo el tipo como pudo el Atleti, incluso pudo volver a recortar en un falló increíble de Sorloth a puerta vacía, que respondió el PSG con el 3-0 a la contra. Con el tiempo acabado, el VAR mandó pitar un penalti por manos de Le Normand que concluyó en la goleada definitiva.
Si no quiera hacer un ridículo espantoso, el Atleti necesita ganar los dos próximos partidos, pero por encima de todo eso, lo que verdaderamente necesita es rescatar su alma, significarse, saber que de esa manera no se puede competir.