Un 10 Puro
·18 de outubro de 2025
Iñigo Martínez, entre setas y Rolex, siempre elige Rolex

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·18 de outubro de 2025
El pasado miércoles, en el partidazo de la COPE de Juanma Castaño, el defensa internacional Iñigo Martínez, ex de Real Sociedad, Athletic y FC Barcelona y que ahora milita en el Al-Nassr de la Liga Saudí, nos dio la cena con unas declaraciones que a nadie sorprenden.
El futbolista, que celebró la pasada Liga de su equipo ondeando una estrellada (algunos la llaman estelada pero aquí escribimos preferiblemente en castellano), la bandera independentista catalana, defendió las tesis de los que odian a España a la vez que, como gato panza arriba, intentaba separar su odio a España camuflado en el derecho a decidir con su postura de defender los colores de la selección española.
He dicho gato panza arriba y lo he dicho bien, pese a lo melifluo del discurso de Iñigo ante Juanma Castaño. Porque, haciendo un símil, aquello fue la versión radiada del paradigma del Gato de Schrodinger. Y, como el minino del físico y filósofo vienés, el futbolista decidió ser el gato que está vivo y muerto al mismo tiempo,
Iñigo Martínez es un futbolista criado en la cantera de la Real Sociedad que decidió marcharse a su más directo rival, el Athletic Club, por dinero. Estando en San Mamés, decidió marcharse al FC Barcelona por dinero. Y este pasado verano, no supo decir que no a una oferta económica superior de Arabia Saudí y plantó a los azulgrana… por dinero.
Esos son sus antecedentes. Todo lo que se mueve alrededor de Iñigo es por dinero. Así que cuando hay que elegir entre setas (el provincianismo independentista) y rolex (el vil metal) no tengan la menor duda: Iñigo Martínez seguirá yendo a la selección porque cobra por ello. Este gato de Schrodinger no está ni vivo ni muerto. Está de parranda... y facturando.
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