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·15 de outubro de 2025
Ismael Díaz “Esto no ha acabado”

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·15 de outubro de 2025
La noche en el Estadio Rommel Fernández Gutiérrez fue un torbellino de emociones que culminó en un empate (1-1) agónico de Panamá frente a Surinam, en un partido crucial de las eliminatorias de Concacaf rumbo al Mundial de 2026. A pesar del sabor amargo de ceder puntos en casa, la reacción de uno de los héroes de la noche, el delantero Ismael Díaz, se convirtió en un faro de motivación y esperanza para la «Marea Roja».
Ismael Díaz
Autor del gol del empate en las postrimerías del encuentro, Díaz no eludió la frustración colectiva, pero rápidamente pivotó hacia la inquebrantable mentalidad de un equipo que se sabe en la pelea. Sus declaraciones en la zona flash fueron un mensaje directo de resiliencia: «Esto no ha acabado».
El partido se había desarrollado con el guion más temido para el equipo dirigido por Thomas Christiansen: dominio territorial y esfuerzo ofensivo, pero sin la eficacia necesaria para romper el esquema defensivo y los peligrosos contragolpes de un Surinam que demostró tener jugadores de calidad y un plan de juego definido. El tanto encajado, producto de una transición rápida de la visita, había silenciado el Rommel Fernández, poniendo en jaque las aspiraciones panameñas de cerrar esta fase en casa con una victoria clave.
Ismael Dïaz «El Príncipe»
Fue en el tiempo añadido, en una jugada de persistencia y empuje, donde Ismael Díaz encontró el resquicio para empujar el balón a la red y desatar la euforia contenida. Sin embargo, al bajar las pulsaciones, el análisis de Díaz fue mesurado y pragmático:
Queríamos la victoria, pero no podemos dejar de un lado que sacamos un punto
Esta lectura subraya la madurez del atacante. En la fase final de unas eliminatorias mundialistas, donde la escasez de partidos y la densidad de la tabla de posiciones hacen de cada unidad de un tesoro, rescatar un punto de la derrota se convierte en un acto de supervivencia. Díaz entiende que, aunque se hayan perdido dos puntos valiosos en casa, el empate mantiene al equipo en una posición viable y, sobre todo, psicológicamente activo.
La clave de la declaración del jugador radica en la mentalidad que profesa el grupo:
«Esto es hasta el final y seguimos en la lucha. El equipo está motivado»
Estas palabras son un llamado a la calma y una promesa de entrega total. En el complejo formato de la Concacaf, donde las distancias son cortas y los duelos directos definen el destino, la lucha por uno de los cupos directos o el repechaje intercontinental es una maratón que se define por la fortaleza mental.
Photo by Michael Owens/Getty Images
La inyección de motivación que proporciona el propio Díaz, quien demostró su buen estado físico y compromiso al ser el revulsivo que el equipo necesitaba, es fundamental. Su gol no solo modificó el marcador, sino que reafirmó la convicción interna de que el equipo tiene la capacidad de reaccionar ante la adversidad. La Marea Roja ha exhibido un espíritu de lucha indomable a lo largo de este proceso, y la última media hora, volcada al ataque en busca del empate, es la prueba más reciente de esa entrega.
El calendario ahora obliga a Panamá a afrontar una recta final de la eliminatoria con la urgencia de sumar fuera de casa. La llave se definirá en las próximas jornadas de noviembre, donde los canaleros tendrán que visitar a Guatemala y cerrar la fase final en casa contra El Salvador.
La voz de Ismael Díaz resuena como un eco de confianza en el vestuario: «El equipo está consciente de eso, vamos a trabajar para eso». El mensaje es claro: la frustración por no ganar se acepta, se analiza, pero no se permite que se convierta en desmotivación. El destino de Panamá en el camino al Mundial aún está en sus manos. Con el punto rescatado ante Surinam, la meta sigue siendo inalterable: asegurar la clasificación. La promesa es seguir intentando y luchando, demostrando que para esta generación de futbolistas panameños, la bandera de la esperanza se mantiene firme hasta el pitazo final.