La dirigencia le respondió a Angulo | OneFootball

La novela de la salida de Álvaro Angulo de Independiente sumó un nuevo capítulo este domingo, luego de las declaraciones del defensor colombiano en ESPN Colombia. Allí, el lateral zurdo no solo aseguró que el club le debía cuotas desde marzo, sino que también cuestionó el accionar dirigencial: "Si ellos hubiesen querido quedarse conmigo, desde el principio hubiesen sido claros. No me habían pagado las cuotas de marzo y junio, entonces les dije que sí había plata para comprar, pero no para mantener a un jugador que siempre dio todo por el club".

Como era de esperarse, el Rojo no tardó en salir al cruce. A través de un comunicado oficial difundido en sus redes sociales, Independiente desmintió las palabras del jugador, aclarando que al momento en que se inició la negociación con Pumas -club que finalmente compró su pase- solo se le adeudaban 35.000 dólares, cifra correspondiente a un reconocimiento por trayectoria, premios y ajustes de impuestos. Dicha deuda, según consta en el documento firmado el 10 de julio, fue saldada en el acto.

Además, el club dejó en claro que Angulo había llegado libre desde Atlético Nacional y que fue el propio jugador quien manifestó su deseo de dejar la institución, incluso en plena competencia por el Torneo Apertura. Según el comunicado, la CD intentó retenerlo mejorándole el contrato, pero la postura tanto del defensor como de su representante fue "intransigente".

Con la firma de Néstor Grindetti, Daniel Seoane y Christian Urreli, el documento también revela que el pago fue realizado en moneda dura y por fuera de la fecha de vencimiento de las obligaciones contractuales. "A la fecha nada se le adeuda ni al jugador ni a su agente en ningún concepto", concluye el club, cerrando una polémica que, al parecer, tendrá nuevos capítulos. Eso sí: en el comunicado no hubo ni una sola línea sobre los porcentajes de la venta, tema que Angulo sí sacó a la luz y que desde la dirigencia prefirieron esquivar, como si nada. Porque los jugadores y dirigentes pasan, pero la verdad (y el archivo) siempre queda.