Los goles y victoria que necesitábamos | OneFootball

Se despidió 2024 con un golazo de Andrés García. Era el penúltimo servicio al levantinismo. Huérfanos ya de él, pero con el afán de disfrutar de más noches de felicidad, se volvía al Ciutat. El imponente 3-1 al Granada CF significaba los goles y victoria que necesitábamos.

- El Levante UD logra la victoria en casa frente al Granada CF (@JL Bort | LUD) -

"Hoy firme tu paso, el triunfo te espera", reza el himno del Levante. Sin grandes bríos particulares, pero con ese paso firme, no se titubeó ante uno de los más firmes candidatos al ascenso. Noche que no se recordará por sus ocasiones, pero sí por el gran derroche de fuerzas colectivo y la alta efectividad.

Así lo tradujo Brugui. La primera que tenía y primer gol a la olla para el Levante. Fue un gran regalo de Oriol Rey, con un pase filtrado en forma de asistencia con la zurda, que el de Bàscara se encargó de resolver frente a Luca Zidane. Una primera parte que se despedía con un penalti no señalado a favor, tras una manos dentro del área y pese a la atención del VAR, ante la incredulidad de muchos.

El Granada no había dicho su última palabra. Un pura sangre como Lucas Boyé precisamente hacía sangre de una clara ocasión previa no materializada por Pampín. La rápida transición nazarí que prosiguió, dio como resultado la puntilla del ariete argentino, para el empate visitante. Tocaba volver a empezar.

Unos minutos de impulso para los de Fran Escribá, hasta que el talento y la jerarquía de la segunda línea granota marcó las diferencias. Impecable el segundo gol firmado por Algobia. Nadie logró frenar ni tumbar al menudo Carlos Álvarez, magistral en cada decisión por dentro, para asistir al '8' azulgrana, que con un disparo raso y cruzado al palo largo volvía a dar ventaja.

Hubo tiempo para el clásico susto de cada día de la parroquia granota. En el 90', nuevamente anotaba el Granada, pero la acción quedaba invalidada por una falta previa. Ya agonizando el encuentro, Kocho puso la música a la fiesta, con otro certero remate desde la frontal que iba a ser el definitivo tres a uno para el Levante.

Una celebración que continuaría tras el pitido final, con la satisfacción del equipo por haber cumplido y por una afición que ve cómo se sigue de lleno en la pomada por vivir el sueño que todos desean cuando el verano ya asome. Lo necesitábamos.