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Alejandro Diago·25 de dezembro de 2025
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Alejandro Diago·25 de dezembro de 2025
El año 2025 será recordado por varios eventos en el fútbol español. El fútbol español no solo compitió, sino que dominó las narrativas más importantes, ofreciendo gestas de equipo e individuales que quedarán grabadas en la memoria.
La Final de la Copa del Rey no fue un partido cualquiera; fue el Clásico más vibrante de la década. La tensión era palpable, el empate a dos goles al final de los 90 minutos se sentía como un pulso sin aliento, y la prórroga se convirtió en un campo de batalla de nervios y estrategia.

El gol de Jules Koundé en el minuto 112 se convirtió en la imagen del éxtasis. Un central, subiendo a rematar un córner con una fe inquebrantable, para batir la portería de Lunin y sentenciar el 3-2.
Esta victoria significó no solo el título de Copa para el FC Barcelona bajo la dirección de Hansi Flick, sino también una reafirmación de su capacidad para ganar en los momentos de máxima presión, dejando claro que la Copa del Rey es, y seguirá siendo, el terreno de las gestas más emocionantes.
En la gala del Balón de Oro, todos los focos se centraron en un adolescente que ya juega como un veterano. Lamine Yamal recogió el prestigioso Premio Kopa (al mejor jugador Sub-21 del mundo), coronando un año donde pasó de promesa a estrella indiscutible.

Su desequilibrio, su velocidad y su madurez para definir bajo presión han sido claves para su club. Este galardón no solo premia lo que ya ha hecho, sino que es una clara declaración del futuro:
Lamine es el epítome de la nueva generación de talento español. La confirmación: El premio lo sitúa al nivel de fenómenos como Bellingham o Mbappé a su edad, prometiendo un duopolio de talentos para la próxima década. El Kopa para Yamal no es solo un trofeo individual; es el sello de garantía sobre la inagotable fuente de talento de La Masía y del fútbol español.
En el fútbol femenino se sellaba una leyenda. Aitana Bonmatí consolidó su estatus como la mejor jugadora del planeta al ganar su tercer Balón de Oro consecutivo.

Este hito la coloca en una esfera de élite, equiparándola a las más grandes figuras de la historia. El 2025 de Aitana fue una clase magistral de control del juego, visión y goles decisivos.
Su tercer Balón de Oro es la prueba de la era dorada que vive el fútbol femenino español. El dominio de Bonmatí y de la selección no es casualidad; es el resultado de un proyecto, una ambición y un talento que hoy tiene su máxima expresión en una centrocampista irrepetible. Es el triunfo de la elegancia y la inteligencia sobre el césped.
Para cerrar el año, la Selección Española logró su objetivo más importante: la clasificación directa al Mundial de 2026 en Norteamérica. La campaña de clasificación fue una demostración de la profunda renovación y solidez del equipo.

Superando con autoridad a selecciones competitivas como Georgia, Turquía y Bulgaria, España se clasificó con una racha de imbatibilidad que ilusiona a la afición.
El equipo mostró una madurez táctica que le permitió ganar partidos complejos a domicilio, asegurando el pase sin necesidad de pasar por la repesca. La clasificación fue el broche de oro al proyecto de la Federación, demostrando que España es una potencia constante en el panorama internacional.
España se sacó la espina de la EURO Femenina en los últimos meses del año. La selección de Sonia Bermúdez se adjudicó la Nations League Femenina, la segunda de la Selección Absoluta. La final contra Alemania fue una exhibición de poder y eficacia.

El Cívitas Metropolitano se vistió de gala, congregando a 55.000 aficionados que presenciaron la contundente victoria de 3-0 sobre una de las potencias históricas.
Ganar ante Alemania con esa superioridad y en un estadio lleno es una declaración de intenciones: España ha consolidado su posición como la selección a batir en el mundo. La Nations League es la confirmación de una era.
📸 JOSEP LAGO - AFP or licensors









































