Vermouth Deportivo
·25 de novembro de 2024
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Cuatro años pasaron del día más triste, de aquel 25 de noviembre de 2020. Diego Armando Maradona ya no está entre nosotros, pero su leyenda no para de crecer.
Del barro a la inmortalidad. De Villa Fiorito a Dubái. De México a las Islas Malvinas. De su zurda a cualquier lugar en el planeta tierra donde algún corazón lata al ritmo de la pelota.
Cualquier excusa es una gran excusa para recordar a Maradona, y el riguroso calendario indica que pasaron cuatro años de aquel 25 de noviembre de 2020, el día más triste de nuestras vidas.
Los noticieros de Argentina, segundos antes que los del mundo, informaron lo imposible: Murió Diego Armando Maradona.
La muerte, moneda corriente en aquellos días donde el Coronavirus transformaba a las personas en números, daba su gran golpe.
Diego vive en el pueblo (Photo by Rodrigo Valle/Getty Images)
Pero morir es otra cosa, y Maradona volvió a hacer lo imposible: detener una pandemia mundial. La Plaza de Mayo, símbolo de muchas de aquellas banderas que Diego abrazó toda su vida, se llenó en tiempos donde nada se llenaba.
Fieles de todas partes se reunieron en una despedida improvisada, forzada, egoísta.
Así había sido la última venida del profeta a su tierra, un desfile de honores motorizado por la maquinaria que exprime, y en la que muchos Maradonianos decidimos mirar para otro lado a cambio de, apenas, la posibilidad de tenerlo un poco más cerca.
Y la muerte espera hasta al que vivió todas las vidas, no importa cuantas veces las puedas gambetear.
A cuatro años de tu partida, Dieguito, los pregoneros del milagro seguimos más firmes que nunca. Soñando con tus aventuras imposibles, soñando con volverte
(Foto de portada by Rodrigo Valle/Getty Images)