Mbappé lidera otra noche de autoridad blanca en el Bernabéu | OneFootball

El Santiago Bernabéu volvió a ser un escenario de poder. Sin suspense, sin sobresaltos, el Real Madrid trituró al Valencia (4-0) con un fútbol de vértigo y una presión que asfixió desde el primer minuto. Mbappé, con un doblete en su primera noche tras recibir la Bota de Oro, marcó el ritmo de una goleada que también llevó la firma de Bellingham y del joven Carreras. Fue una exhibición coral del líder, que mira a Anfield con la confianza del que se sabe superior.

El partido arrancó con un Madrid eléctrico. Apenas habían pasado cinco minutos cuando Arda Güler filtró un pase delicioso para Mbappé, que rozó el gol en su primera aparición. El Bernabéu olía sangre y el Valencia no encontraba aire. Vinícius, insistente, también probó a Agirrezabala, que sostuvo a los suyos con varias intervenciones notables. Pero el asedio era constante.

En el minuto 18, una mano de Tárrega dentro del área confirmó lo inevitable. Mbappé, con la frialdad de quien domina la escena, transformó el penalti y abrió la cuenta. El gol liberó al Madrid y desnudó las carencias de un Valencia que jamás encontró salida. Doce minutos más tarde, la conexión Bellingham-Güler-Mbappé firmó una jugada de videojuego: centro tenso del turco y definición seca del 10 francés para el 2-0.

El Madrid jugaba con una confianza desbordante. Vinícius falló un penalti que Mbappé le cedió con gesto generoso, pero ni eso alteró la inercia. Justo antes del descanso, Bellingham recordó al futbolista que deslumbró en su primer año: arrancó por izquierda, eliminó a su marca y definió con clase para el 3-0. Fue su grito de regreso, su manera de decir que sigue siendo el corazón de este equipo.

La segunda parte fue un ejercicio de administración. Xabi Alonso movió el banquillo pensando en Liverpool —Camavinga y Ceballos entraron por Tchouaméni y Güler— y el equipo mantuvo el control sin perder intensidad. Vinícius siguió atacando por su banda, Mbappé rozó el hat-trick y el Bernabéu se encendió con cada arrancada.

A falta de ocho minutos, Carreras se animó desde la frontal y soltó un zurdazo imparable para el 4-0. Su primer gol como profesional con el Real Madrid, celebrado con incredulidad y orgullo por todo el estadio. El resto fue trámite: un Valencia sin respuesta y un Madrid que ya piensa en Europa.

El Real Madrid no solo ganó: volvió a imponer su idea. Presión alta, recuperación inmediata y talento ofensivo en cadena. Mbappé y Bellingham firmaron una sociedad que ilusiona; Güler dejó detalles de clase y el equipo entero respiró solidez. La Liga se inclina ante un líder que no se distrae ni se conforma. En noviembre, la maquinaria blanca ya funciona a gran rendimiento.