
La Galerna
·21 de agosto de 2025
Negreira ya sale sin calentar

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·21 de agosto de 2025
Acaba de empezar la temporada y ya no hay quien lo aguante. Normalmente esto pasa un poco después. Dos o tres partidos como mínimo. Cinco o seis como normal. Hasta el negreirismo necesita (o necesitaba) calentamiento. No se podía poner un Munuera de la vida enseguida a pitar con surrealismo, porque el surrealismo también exige poner los músculos a tono, sobre todo los del descaro necesarios.
Pero ya no. El negreirismo está metido en el tuétano y además deseando saltar a la vida. Es una costumbre saltarina. Tanto que no hay quien lo meta en una instrucción ni nada parecido. No entiende de instrucción judicial ni tampoco legal o normativa. La normativa es el mismo negreirismo. Era una trampa, pero lo han convertido en norma incluso habiéndose demostrado que era una trampa.
Y menuda. Con el negreirismo dando saltos no hay fútbol que valga, ni competición, ni deporte y, si uno se esfuerza un poco, tampoco gusto por la Liga negreirazada ya desde el primer momento. Un solo partido y ya lo han puesto todo perdido. Vaya año de fútbol que nos espera. Cada temporada peor porque la hostilidad mediática antimadridista no resiste ni un verano.
Llega finales de agosto y aparecen ansiosos, sin preámbulos, incluso sin los motivos que solo han necesitado inventar a placer, quienes viven de un relato y no de un deporte. El negreirismo es ya una de las condiciones humanas, asimilado a la existencia primero como si nunca hubiera existido, y segundo dejando que se vaya introduciendo en los usos y costumbres como se metía el rico del Titanic en la barca de las mujeres. Pero sin vergüenza ninguna.
Y así estamos. Así está el fútbol español. Sin sonrojo desde el comienzo. Es más, porque es como si se estuviese deseando mostrar el bochorno en periódicos, redes sociales, radios y televisiones. Debería dársele la espalda a este fútbol que no es fútbol, que es trampa y mentira, y a pesar de esto ahí seguimos. Y una confiesa que es solo por el Madrid: esa única blanca estela de dignidad y belleza.
Mi interés ya no es el fútbol, pisoteado, manejado, destruido, sino ver cómo se las arregla una vez más este Madrid dadaísta nuestro, siempre alejado del canon, para ganar con honor y gloria en medio de tanta vileza y vulgaridad.
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