Opinión| Calma… con asteriscos | OneFootball

El Real Betis atraviesa un ambicioso momento deportivo. En Liga, hoy mismo se bate con el Rayo Vallecano en busca de los 3 puntos. Si bien haga lo que haga acabará la jornada en sexto lugar, lo cierto es que los verdiblancos apuntan a la quinta plaza que recientemente les arrebató el Espanyol. Con el billete a la siguiente fase ya en el bolsillo, desde La Palmera encaran estas dos últimas jornadas de Europa League con el objetivo de certificar una de las ocho primeras plazas. Y la Copa, por supuesto. El Real Murcia será el último obstáculo antes de repetir la presencia en octavos de final.

Pero paralelamente al césped, el Betis disputa otro partido esta semana. Un evento que no solo tendrá trascendencia en estos últimos días de 2025, sino sobre todo de cara a futuro. Y es que mañana se celebra la Junta de Accionistas. Si bien no se prevé que sea la asamblea más convulsa de la ciudad, también tendrá su aquel. No por los puntos previstos a tratar, pues los únicos, digamos, extraordinarios vendrían a ser la reelección de Haro y Catalán o la ratificación de Joaquín como nuevo consejero.

No. La miga de la Junta reside en la voz del beticismo. Un beticismo que, si bien en lo deportivo se siente mayoritariamente satisfecho, sí tiene sus inquietudes. Con la ampliación de capital, lejana en el tiempo pero que sigue dando sus coletazos, la principal cuestión a tratar apunta a ser las obras del Benito Villamarín. Un proyecto tasado hace un año en unos 70 millones de euros como mínimo que ya alcanza los 160 kilos de presupuesto. Y no solo el coste, sino también los plazos. El presidente verdiblanco ya reconoció que la remodelación tiene pinta de durar 3 años… y aún sin constructora asignada.

Económicamente, la situación va bien… con asteriscos. El Betis volverá a presentar beneficios este ejercicio, unos 4’5 millones de euros «limpios». El crecimiento de la cifra de negocio supera los 150 millones y, si bien el patrimonio neto puede tasarse en 30’9 millones de euros en positivo gracias al préstamo de CVC, lo cierto es que si fuera por las pérdidas de años anteriores dicho apartado estaría en unos -39’8 kilos. La salud financiera del club podría etiquetarse como controlada, siempre y cuando las bases del proyecto sigan funcionando; Europa y plusvalías. Ambas, imprescindibles.

La conclusión de todo esto es la misma que en lo deportivo. Mientras todo siga igual, habrá tranquilidad. Con sus más y sus menos, pero adelante. Los problemas son habituales en cuestiones tan complejas como la viabilidad de una entidad, pero los giros de guion necesitan explicaciones. Y una Junta, sobre todo relativamente pacífica como la que se augura mañana, es una oportunidad perfecta para ello. Tanto para los mandatarios de ofrecerlas, como de los accionistas de pedirlas en las cuestiones que estimen oportunas.