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·15 de outubro de 2025
¿Qué debe ocurrir para que Panamá vaya al Mundial 2026?

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·15 de outubro de 2025
La Selección de Panamá, bajo la dirección técnica de Thomas Christiansen, vivió una noche de éxtasis tardío y análisis profundo tras el empate 1-1 en casa contra Surinam en el Estadio Rommel Fernández. El gol agónico de Ismael Díaz en los minutos finales salvó un punto ante una Surinam ordenada y peligrosa, pero el resultado fue insuficiente. Este empate, sumado al cierre apretado del Grupo A, ha significado que la ‘Marea Roja’ ha perdido el control absoluto de su destino, obligándola a buscar la épica en los dos partidos restantes del mes de noviembre.
Thomas Christiansen (Photo by Jamie Squire/Getty Images)
El panorama del Grupo A es un nudo gordiano: Surinam y Panamá empatan con 6 puntos, con los caribeños por delante gracias a una ligera mejor diferencia de goles. Inesperadamente, Guatemala, que venció a El Salvador en la misma jornada, se ha colocado a solo un punto (5 unidades), transformando el grupo en una batalla a tres bandas por un cupo directo y, al menos, un lugar en el repechaje global. Grupo A
A la selección de Christiansen le restan dos partidos en la Ronda Final:
La ruta ideal de clasificación de Panamá era sellar una victoria ante Surinam para tener un margen de error; ese colchón se ha esfumado. Ahora, la matemática es sencilla y brutal: Panamá debe conseguir la victoria en ambos encuentros para garantizar su cupo directo a la Copa del Mundo 2026.
Sumar seis puntos en noviembre llevaría a Panamá a un total de 12 unidades. Este puntaje no solo aseguraría el primer lugar del Grupo A, independientemente de lo que haga Surinam (que se enfrenta a El Salvador y luego a Guatemala), sino que también es una cifra históricamente segura en CONCACAF para la clasificación directa.
Cualquier resultado que no sea una victoria en la próxima visita a Guatemala dejaría a Panamá en una posición vulnerable:
La advertencia es clara: Panamá no puede permitirse especular. El empate contra Surinam, a pesar de ser «agónico», fue una oportunidad perdida de controlar la llave. El equipo panameño debe pasar la página del Rommel Fernández y enfocarse en una victoria de visitante ante Guatemala, lo que le devolvería el control de su destino y la tranquilidad de cara al último partido en casa.
La presión es inmensa. Lo que resta es demostrar el carácter y la madurez que llevaron a Panamá a su primer Mundial en 2018. El camino al 2026 se ha convertido en un sprint de dos partidos donde no hay mañana y donde solo la victoria es garantía.