Turno de exigir | OneFootball

Hasta que él llegó, muchos no habíamos conocido la victoria en un derbi. Tuvo que llegar él para que la canción de la Champions sonase, y recibiese una pitada, temporada tras temporada. Fue con él con quién volvimos a saber lo que se sentía al acabar la temporada en lo más alto de la clasificación. Bajo su batuta estuvimos a punto de acariciar el único título que nos falta en nuestro palmarés, y es él, el técnico que más cerca ha estado de lograrlo.

Ha sido él quien ha transformado un Club trampolín en el lugar al que muchos futbolistas quieren venir, para quedarse. El que dio la vuelta a una temporada que empezaba cerca del descenso, eliminados por un Segunda B, y que acabó en Neptuno. El que enarboló el discurso del partido a partido, tan interiorizado por la hinchada como la letra de nuestro himno.

El pasado sábado, tras arrancarse desde el fondo sur el tan repetido cántico «Ole, Ole, ole, cholo Simeone» algún sector respondió con silbidos. El mismo sector volvió a insistir con su arenga al entrenador y los silbidos volvieron a salir a la palestra.

Atletico Madrid’s Argentinian coach Diego Simeone gestures on the touchline during the Spanish league football match between Club Atletico de Madrid and Athletic Club Bilbao at the Metropolitano stadium in Madrid on April 27, 2024. (Photo by OSCAR DEL POZO / AFP) (Photo by OSCAR DEL POZO/AFP via Getty Images)

Los aficionados exigentes, como así se autodenominan los que acuden al estadio en calidad de jueces o verdugos, proclaman su derecho a la protesta. Defienden la idea de que solo desde la tan mencionada exigencia se puede mejorar. Su principal tesis es la de la amortización de Simeone, a quien ya no ven con fuerzas e ideas suficientes como para seguir llevando las riendas del Atlético de Madrid, mientras recitan de carrerilla una retaila de nombres de entrenadores que va variando en función del momento o la fama de los mismos. Cualquiera vale, menos Simeone.

A punto de doblar otro mes del calendario, de acercarnos a Mayo y al final de la Liga, miro con bastante expectación ese rebrote de exigencia que parece haber florecido al calor primaveral madrileño en las gradas del Metropolitano. Ahora, con el final de la temporada al borde de la esquina y la necesidad de configurar la plantilla que volverá a lucir el escudo del Atlético de Madrid en el pecho la temporada que viene, ardo en deseos de escuchar en tertulias, foros y debates, a todos esos eruditos, profetas y salvaguardas del orgullo rojiblanco rasgarse las vestiduras cuando los refuerzos veraniegos sean futbolistas pasados de rosca, operaciones con vistas a generar plusvalías o renovaciones de jugadores que no valían pero que, de golpe y porrazo, acaban siendo el fichaje estrella. Ahora, cuando no hay nada en juego y se pueden buscar alternativas, es cuando se debe exigir. Ahora, y no cuando lleguen las lesiones y tu tercer central acabe disputando más minutos de los que en verdad merece. Ahora, ahora os toca a vosotros.