Una bandera robada desató la violencia en el Independiente y la U Chile | OneFootball

Lo que debía ser una noche de Copa Sudamericana terminó en una tragedia deportiva y social. Según información de TyC Sports, el robo de una bandera de Independiente por parte de hinchas de Universidad de Chile habría sido el detonante de los violentos disturbios ocurridos en el Estadio Libertadores de América.

Las primeras versiones indican que el hecho derivó en una batalla campal que dejó más de 200 heridos —10 de ellos en estado grave y uno crítico— además de más de 100 detenidos, aunque todavía no existe un informe oficial definitivo.

De acuerdo con los reportes, un grupo de aficionados de Universidad de Chile habría arrebatado una bandera ubicada cerca de su sector. Ese acto, considerado una ofensa por la parcialidad local, provocó la reacción inmediata de los barrabravas de Independiente. Lo que siguió fue un intercambio de agresiones marcado por el lanzamiento de butacas, botellas, bengalas, piedras e incluso inodoros arrancados de los baños del estadio.

El speaker del estadio pidió a los hinchas visitantes que abandonaran la grada para evitar sanciones mayores, pero muchos de ellos permanecieron en el lugar y respondieron con objetos lanzados hacia la tribuna rival. La Policía no logró contener la magnitud del enfrentamiento de inmediato, lo que desató escenas de caos que se propagaron a lo largo de varias zonas del estadio.

Cuando finalmente se desalojó parte del sector visitante, los grupos locales contraatacaron, generando un ambiente de pánico generalizado y una noche que Avellaneda difícilmente olvidará.

Entre los protagonistas del partido, Felipe Loyola, mediocentro de Independiente y miembro de la selección chilena, expresó su indignación en redes sociales: “Lamentable situación, es una pena todo lo que sucedió hoy. No puede tolerarse este nivel de violencia, me siento destrozado, la seguridad policial no sé dónde estaba”. Todavía no creo lo que vi hoy. Esto no es el fútbol, el deporte no es violencia”.

Los disturbios provocaron la suspensión del encuentro por orden de la CONMEBOL y dejaron una herida profunda en la imagen del torneo. El Club Atlético Independiente, a través de un comunicado oficial, condenó los hechos, activó protocolos de seguridad y aseguró que reclamará por los daños sufridos en sus instalaciones.

Las investigaciones ya están en marcha y se espera que en los próximos días las autoridades definan responsabilidades y posibles sanciones.

Mientras tanto, el recuerdo de lo ocurrido en el Libertadores de América sigue resonando: una bandera robada convirtió la pasión futbolera en una noche de violencia y horror.