Desastre del Liverpool ante un Anfield que dicta sentencia… ¿a Arne Slot? | OneFootball

Los cuatro goles del PSV alargan la mala racha de los ingleses

Con Slot en el punto de mira, Anfield acogió un encuentro importantísimo tanto en lo futbolístico como en lo anímico. Sin embargo, una nube negra cubrió todo Anfield y dejó sobre el césped del estadio una lluvia de goles que dejan a Slot prácticamente hundido.

Hernández Hernández fue el árbitro del partido y tuvo trabajo desde el primer minuto, ya que en apenas cinco minutos pitó un penalti clarísimo, en el que Van Dijk levantó la mano como si apuntará al cielo de Anfield y el español no dudo en señalarlo cuando le golpeó la pelota. Perisic lo convirtió por la izquierda de Mamardashvili y puso en serios aprietos a Slot. Aunque, Szoboszlai cambió la cara a su equipo cuando tras un rechace de Kovar, el balón le cayó y remató a placer para poner el empate.

A punto estuvo de durarle poco la tranquilidad al ‘Pool’ cuando Yarek ponía el segundo para los suyos, sin embargo, el banderín del linier señaló fuera de juego y Anfield respiró tranquilo y tomó impulso para reclamar penalti en un pisotón que el VAR no vio suficiente como para señalarlo. Van Dijk estuvo cerca de darle el segundo a Slot, pero la madera le frenó por completo firmando una primera parte de locura.

Un asedio. La definición perfecta para el tramo final de la primera parte, sin embargo el PSV fue quien se volvió a poner por delante gracias a un toque de mucha calidad de Til, que acabó batiendo a Mamardashvili y dejando retratada a una defensa que hace aguas partido tras partido. Las malas noticias no cesaron y es que después de Ekitiké se lesionara llegó el tercero del PSV tras un nuevo gran error de Konaté.

Chiesa quiso ser el hombre milagro del Liverpool, pero no consiguió más que dos oportunidades que se fueron al lateral de la red y su equipo acabó hundido tras el cuarto del PSV. Al contrataque sentenciaron los de Bosz (ya en el descuento) y con todo el ‘Pool’ arriba Anfield dictó sentencia ante la atenta mirada de un equipo que cae sin honores en su propio estadio.

/Marca