El Liverpool en crisis: los balones largos desvisten el plan de Arne Slot | OneFootball

El vigente campeón de la Premier League atraviesa su peor momento bajo la dirección de Arne Slot. Cuatro derrotas consecutivas y errores tácticos repetidos han encendido las alarmas en Anfield, donde ni Kerkez, ni Salah, ni los nuevos fichajes logran enderezar el rumbo.

El Liverpool vive un déjà vu que pocos esperaban. Cinco años después de su último colapso como campeón, los Reds vuelven a tambalearse. Cuatro derrotas seguidas en liga —algo que no ocurría desde febrero de 2021— y una defensa que se desmorona ante cada balón largo retratan a un equipo que perdió la brújula. Arne Slot, en plena transición tras un mercado de fichajes ambicioso pero desbalanceado, reconoció tras la derrota 3-2 ante el Brentford: “Los equipos definitivamente han encontrado un estilo de juego contra nosotros. No hemos hallado la solución”.

Y es que los goles encajados ante el Brentford parecen fotocopias de errores ya vistos. El primero llegó tras un saque largo que Milos Kerkez no supo leer, una escena idéntica a la que les costó el partido ante Crystal Palace semanas atrás. El segundo, en transición, reveló un mediocampo sin equilibrio: sin Gravenberch ni Mac Allister, Slot apostó por un trío técnico —Wirtz, Jones y Szoboszlai— que se mostró liviano y vulnerable. El resultado, un gol calcado a los sufridos ante Bournemouth en la primera jornada.

Las grietas se repiten también en Europa. El Eintracht Frankfurt y el Atlético de Madrid han castigado al Liverpool con los mismos recursos: contraataques veloces y pelotazos a la espalda de la defensa. Slot lo sabe y lo admite: “Es difícil ganar si los rivales dominan los duelos y las segundas instancias”. Lo irónico es que su equipo se preparó precisamente para eso. Y aun así, el Brentford ganó 10 de los 17 duelos aéreos en la primera mitad.

El problema no es solo defensivo. En ataque, el Liverpool parece un rompecabezas sin encajar. Kerkez muestra voluntad por banda, pero sus desmarques rara vez encuentran conexión con Cody Gakpo. Y Mohamed Salah, aislado y obligado a jugar de espaldas, se ha convertido en un generador más que en un finalizador. Su gol tardío ante Brentford maquilló una actuación gris, donde el noruego Kristoffer Ajer lo neutralizó durante 80 minutos.

La falta de sincronía también afecta a los nuevos roles en el frente ofensivo. Con Ekitike e Isak compitiendo por un mismo espacio y sin claridad sobre quién debe liderar la línea, Slot ha perdido la fluidez que caracterizaba al Liverpool campeón. Las cifras son contundentes: el equipo ha encajado el primer gol en seis partidos consecutivos —su peor registro desde que hay datos de Opta, en 2013— y cada arranque lento los obliga a remar contracorriente.

Ni siquiera el contexto sirve de excusa. Es cierto que el Liverpool jugó cinco de sus últimos seis encuentros fuera de casa —incluidas visitas a Londres, Estambul y Frankfurt—, pero los campeones se forjan en las adversidades. Hoy, el equipo de Arne Slot parece más frágil que nunca.

Con tantos problemas tácticos por resolver y una identidad que se desdibuja entre las piezas nuevas, el vigente campeón se enfrenta a su prueba más dura. Liverpool no solo debe recuperar puntos, sino reencontrar una idea de juego que hoy se le escapa entre los balones largos de sus rivales.