El Málaga disfruta al rey del desequilibrio en Segunda | OneFootball

Hay futbolistas que corren. Otros que piensan. Y algunos, muy pocos, que parecen bailar. David Larrubia pertenece a esta última estirpe. En un fútbol cada vez más físico y estructurado, el extremo del Málaga CF desafía el orden con un arma que no se puede entrenar del todo: el desequilibrio natural. Cada vez que recibe, algo puede pasar. Y casi siempre pasa.

En LaLiga Hypermotion, donde los partidos se deciden muchas veces por detalles mínimos, tener un jugador así es poseer una llave maestra.

El dato que lo cambia todo

Los números no entienden de romanticismo, pero a veces lo explican mejor que cualquier adjetivo. David Larrubia lidera el ranking de regates de LaLiga Hypermotion con 107 regates completados. Supera a Yeremay Hernández, uno de los nombres propios del Deportivo de la Coruña, que suma 100.

Pero el impacto va mucho más allá de la Segunda División. Si ampliamos el foco a las cinco grandes ligas europeas y sus segundas categorías, Larrubia aparece como el segundo jugador con más regates completados. Solo Lamine Yamal, con 128, está por delante. Por detrás quedan nombres que ocupan portadas semana tras semana, como Vinicius Jr., que suma 93.

El dato no es menor. Es una declaración.

Larrubia, más que un extremo para el Málaga

Reducir a Larrubia a la etiqueta de “regateador” sería injusto. Su influencia en el juego del Málaga CF va más allá de la estadística. Es el futbolista que rompe líneas cuando el partido se atasca, el que obliga a las defensas a bascular, el que genera superioridades donde no las hay.

Cada regate suyo es una grieta en el sistema rival. Y en una categoría donde los bloques bajos son la norma, eso es oro puro.

Talento en reconstrucción

El Málaga CF vive una etapa de reconstrucción, de volver a mirarse al espejo y reconocerse. En ese proceso, figuras como Larrubia representan algo más que rendimiento inmediato: simbolizan futuro. Cantera, identidad y personalidad competitiva.

Que un jugador del Málaga lidere estadísticas que lo colocan a la altura —y por encima— de estrellas consolidadas habla del potencial que hay en La Rosaleda. Y también del reto: protegerlo, rodearlo y hacer que su talento no se pierda en la rutina de la categoría.

Comparaciones inevitables, caminos distintos

Que Larrubia aparezca en una lista junto a Lamine Yamal o Vinicius Jr. no significa que sus trayectorias deban compararse. Cada uno vive su contexto, su club y su momento. Pero sí señala algo esencial: el malaguista tiene un don diferencial.

Mientras Yamal deslumbra en la élite y Vinicius decide partidos de Champions, Larrubia construye su impacto partido a partido, césped a césped, en campos donde el talento suele tener menos espacio para respirar.

El regate como acto de fe

Regatear no es solo técnica. Es valentía. Es asumir el error. Es mirar a un rival a los ojos y decidir que hoy no te va a quitar el balón. Larrubia lo hace una y otra vez, sin esconderse, incluso cuando el contexto aprieta.

Por eso sus números no son casualidad. Son consecuencia de una mentalidad.

Cuidar al que se atreve

En LaLiga Hypermotion, los equipos que marcan la diferencia suelen tener algo especial. El Málaga CF lo tiene en David Larrubia. Un futbolista que convierte cada control en una promesa y cada regate en una pequeña rebelión contra lo previsible.

Quizá hoy no acapare focos nacionales. Quizá su nombre no venda camisetas fuera de Andalucía. Pero mientras siga desbordando como lo hace, el Málaga tendrá algo que no se compra fácilmente: un jugador que hace levantarse al aficionado del asiento.

Y eso, en el fútbol moderno, sigue siendo un privilegio.