La deuda de Riquelme como dirigente en los Superclásicos | OneFootball

Boca recibirá a River este domingo a las 16.30 en La Bombonera, por la fecha 15 del Torneo Clausura, en un duelo cargado de historia y presión. El equipo de Claudio Úbeda busca revancha tras la derrota 2-1 sufrida en el Monumental en abril, pero también está en juego algo más profundo: el historial del ciclo dirigencial de Riquelme frente al eterno rival.

Desde que Juan Román Riquelme asumió como vicepresidente y figura fuerte del Consejo de Fútbol, Boca y River disputaron 13 Superclásicos oficiales. Tras un comienzo positivo, los números comenzaron a inclinarse con el paso de los años y hoy muestran un balance negativo para el ídolo xeneize: cinco triunfos para River, tres para Boca y cinco empates. Sin embargo, dentro de esas igualdades hay dos que significaron festejos boquenses al imponerse por penales en duelos decisivos.

Los triunfos por Copa de la Liga 2021 (con un River diezmado por el Covid), la victoria en la Copa Argentina en La Plata y la clasificación en cuartos de la Copa de la Liga 2024 aparecen como hitos importantes en el ciclo Riquelme. A su vez, los únicos festejos en tiempo reglamentario se dieron en 2022: el 1-0 con gol de Villa en el Monumental —recordado como “el Superclásico de la camiseta amarilla”— y el cabezazo de Benedetto que selló el triunfo 1-0 en La Bombonera.

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Pese a esos triunfos puntuales, el historial reciente se volvió adverso. En 2023, River ganó los dos Superclásicos del año, primero con el penal de Borja en el Monumental y luego con el 2-0 en La Bombonera ante un Boca alternativo. Al año siguiente, en septiembre de 2024, el Millonario volvió a imponerse con el gol solitario de Manuel Lanzini en Brandsen 805. Incluso en abril de 2025, River ganó nuevamente 2-1 con un golazo de Franco Mastantuono, profundizando la tendencia negativa.

Aun así, si se consideran los Superclásicos que terminaron empatados pero que Boca ganó por penales, el ciclo Riquelme queda equilibrado: cinco festejos y cinco decepciones, un registro que refleja lo reñido de la rivalidad en estos años.

Para Boca, este partido no implica solo tres puntos. Representa la oportunidad de Riquelme y su dirigencia de recuperar terreno en el cruce más importante del fútbol argentino. La Bombonera será un termómetro decisivo para medir el ánimo del hincha y el impacto real de este nuevo capítulo del Superclásico.