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·4. Dezember 2025

Sam Allardyce arremete contra las críticas “patéticas” a Mohamed Salah

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Allardyce responde a Carragher por las críticas a Salah

Cuando Sam Allardyce decide entrar en un debate, rara vez es para quedarse en tierra de nadie. El exentrenador de la Premier League se ha metido de lleno en la conversación sobre el estado de forma de Mohamed Salah y ha apuntado a Jamie Carragher, calificando de “patético” el veredicto del analista de Sky Sports sobre el delantero del Liverpool.

Carragher ha sido una de varias voces de alto perfil que cuestionan dónde encaja ahora Salah en el Liverpool en evolución de Arne Slot. Las estadísticas de esta temporada son contundentes si se comparan con las de la anterior, y la reciente ausencia del atacante del once inicial no ha hecho más que aumentar el escrutinio.


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Sin embargo, Allardyce, hablando en el No Tippy Tappy Football Podcast, rechazó la sugerencia de que a Salah “se le hayan ido las piernas”. Para él, ese lenguaje va mucho más allá de un análisis justo y subestima tanto la calidad del jugador como lo que ha aportado al Liverpool a lo largo de los años.

Fue inequívoco en su respuesta. Carragher, argumentó, “debería saberlo mejor” que reducir las dificultades actuales de Salah a una simple narrativa de declive físico. En opinión de Allardyce, ese tipo de línea tiene menos que ver con la perspicacia y más con seguir en la conversación, manteniendo el nombre y las frases llamativas en el centro del debate.

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Los números de Salah y el contexto más amplio

Es imposible ignorar la caída en la producción goleadora de Salah esta temporada. Tras retornos fulgurantes en años anteriores, su cuenta actual en liga parece modesta en comparación. El contraste entre las dobles cifras a estas alturas de la pasada campaña y un rendimiento mucho más escaso ahora ofrece un blanco fácil para las críticas y las preguntas sobre su futuro.

Pero los números nunca existen en el vacío. Como colectivo, el Liverpool no ha encontrado plenamente su ritmo. Un nuevo entrenador, ajustes tácticos, combinaciones frescas y diferentes roles de inicio influyen en la frecuencia y la claridad con la que le caen ocasiones al delantero veterano. Cuando un equipo está un poco fuera de punto, suele ser el atacante de mayor perfil quien se convierte en pararrayos.

Aficionados y analistas por igual han señalado actuaciones en las que Salah ha estado más discreto, con menos momentos explosivos y menos de esa amenaza constante que definió sus años de pico. En tal contexto, la tentación siempre es optar por la explicación más dramática: que un jugador ha caído en picado, en lugar de atravesar un bache.

La postura de Allardyce es, esencialmente, que eso es demasiado simplista. Para un delantero que ha cargado con el peso del ataque del Liverpool durante tanto tiempo, un tramo de fatiga, adaptación o simple varianza no es en absoluto impensable. La idea de que uno de los grandes jugadores modernos del club no tiene nada más que ofrecer se siente, como mínimo, prematura.

Legado, expectativas y el lenguaje del declive

El papel de Carragher como analista es ser honesto y, en ocasiones, incisivo. Nunca ha rehuido criticar a su exclub cuando siente que los estándares bajan. En ese sentido, cuestionar el lugar de Salah en el mejor XI del Liverpool no es del todo fuera de personaje. Cuando otros como Dominik Szoboszlai o Florian Wirtz brillan en zonas similares del campo, las conversaciones sobre la sucesión son inevitables.

Sin embargo, la frustración de Allardyce conecta con algo más fundamental sobre cómo hablamos de las estrellas veteranas. La frase “se le han ido las piernas” sugiere una línea definitiva: que un jugador ha pasado irreversiblemente de clase mundial a prescindible. Para alguien que ha rendido repetidamente en partidos de élite, desde luchas por el título doméstico hasta noches europeas, ese término chirría.

El legado de Salah en Anfield ya está asegurado. Se sienta entre los delanteros más prolíficos de la historia del club, con goles y momentos que definirán una era. Ese estatus no lo sitúa por encima de la crítica, pero sí exige un cierto nivel de matiz al evaluar un tramo difícil.

También hay un elemento humano. Es un jugador que ha asumido la responsabilidad de forma constante: lanzando penaltis, jugando a través de bajones en el rendimiento del equipo, cargando con las expectativas sobre sus hombros. Enmarcar su situación actual puramente como declive corre el riesgo de ignorar los cambios en el sistema, el equilibrio de la plantilla y las exigencias tácticas que han llegado con un nuevo régimen.

Qué viene después para Salah en el Liverpool

Despojando el ruido, la verdadera pregunta es cuál debería ser el papel de Salah en los próximos meses. Es razonable sostener que la rotación puede volverse más frecuente, que ciertos partidos o planes tácticos podrían favorecer perfiles distintos en las zonas de ataque. Apariciones de impacto desde el banquillo podrían formar parte de su realidad, especialmente si los jugadores más jóvenes se ganan períodos prolongados.

Al mismo tiempo, excluirlo por completo del once más fuerte del Liverpool parece apresurado. La experiencia, la toma de decisiones en el último tercio y el simple miedo que su presencia genera en los defensas no se reemplazan fácilmente. Incluso cuando los números no son espectaculares, esas cualidades pueden inclinar partidos apretados.

La defensa de Allardyce, entonces, no trata de proteger ciegamente a una estrella, sino de cuestionar la prisa por el juicio final. Ve una narrativa formándose alrededor de Salah que implica que el final ya está aquí, en lugar de algo que se aproxima en el horizonte. Para un jugador que ha respondido repetidamente a las preguntas con goles, esa conclusión puede resultar aún prematura.

Carragher ha encendido un debate que seguirá a Salah durante el resto de esta temporada y posiblemente más allá. Allardyce, a su vez, ha cuestionado el tono de ese debate. En algún punto entre la evaluación tajante del analista y la férrea defensa del entrenador se encuentra la verdad más incómoda: que las grandes carreras rara vez terminan de forma pulcra, y que el Liverpool está navegando ahora la delicada transición entre lo que Salah ha sido y lo que todavía puede ser.

Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🏴󠁧󠁢󠁥󠁮󠁧󠁿 en este enlace.

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