Xabi Alonso y cómo romper un hábito | OneFootball

Todos hemos querido mejorar nuestro estilo de vida, para ello, nos hemos visto obligados a cambiar o sustituir ciertos hábitos sabiendo que estos eran perjudiciales. Conocerá, entonces, ese sentimiento de declaración de guerra a tu cerebro. Un ex aliado que ahora asedia tus tropas mentales para que no rompas las murallas de tu hábito, ya que podrías reconstruirla por otra menos “estimulante” para la reina Dopamina. Xabi Alonso (XA) ha emprendido la misma guerra…

Aunque no contra él, contra un conglomerado de millones de fans del Real Madrid, que van a tener que adaptarse a muchas novedades, catalogables de progresistas, si las comparamos con el conservadurismo italiano que ha dominado últimamente.

El primer shock de esta terapia será el hecho de no tener una alineación predefinida. Carletto acostumbraba a llegar en agosto y definir su once, casi en su totalidad, con el rol y esquema de cada jugador para toda la temporada, y, de ahí, muy difícilmente se movía. Pregunten a Endrick o Arda…

Con XA, el once predefinido no va a existir. Evidentemente, veremos tendencias hacia ciertos esquemas que funcionen bien en determinados momentos, pero nos tendremos que acostumbrar a que ciertos partidos los encare con defensa de 3, otros con defensa de 4, otros con Güler extremo, otros el turco de pivote… Podremos llegar tranquilamente a enero sin saber cuál es el once de gala predeterminado, ese que usaría el vasco en una final de Champions si se enfrentase a ciegas contra un grande de Europa.

Si encimas le añades el poder de dictaminar rotaciones con el ciego apoyo del que saca los cheques, se puede dar un caos apocalíptico para el fan de turno que solo quiere saber quién va a jugar con certeza para poder alinearlo en el Fantasy. Será, sin duda, una auténtica debacle para muchos…

Si me preguntan, agradezco este modus operandi. Creo que te hace imprevisible a la par que extremadamente competitivo, dado que para ganar los trofeos importantes, hay que saber jugar contra todos y ante todo. Quiero ver un equipo que sepa cómo competir contra el Getafe y, a su vez, contra el Barça, pese a que sean estilos antagónicos. Y, para eso, hay que saber sacarse los palos del futbolín y posicionarse con la libertad de un equipo trabajado.

Sin duda esto traerá debate, claro que la imprevisibilidad debería ayudarle a sacar la mayoría de partidos, sin embargo, llegará el día que saque a su Luka Modrić de 9 contra él Barça y que el resultado roce lo indigno. Pasará, y esperemos que no el día D a la hora H, pero pasará.

Es entonces cuando los analistas profesionales de cada casa saldrán de sus cuevas a debatir la auditoria táctica que han realizado desde el sofá para disfrutar maltratando a un entrenador que huele a histórico y al que deberíamos acostumbrarnos, pues promete muchos años en el feudo blanco.

Lo mismo os suena cierto libro llamado “Hábitos atómicos”, en él, su autor James Clear nos explica lo siguiente.

Puede que esa sensación de no reconocerse ante el espejo fuese lo que llevó a Rafa Benítez o al bueno de Lopetegui, todos entrenadores de éxito y, españoles, como el donostiarra, a perder los estribos del plantel y el apoyo de la grada, hasta el punto de romper su enlace demasiado rápido. Esperemos que este no sea el caso, por el bien del Real Madrid, porque aunque se hayan hecho muchas cosas bien, todos guardamos hábitos que nos hacen peores y que bien sabemos qué debemos cambiar.

Imagen principal vía: Juan Manuel Serrano Arce / Getty images.

Por: Ramón Morey Torralba.

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