Dame un GRRR | OneFootball

No, al Real Madrid, a este renovado Real Madrid de Xabi Alonso, no le hace falta fuerza o actitud. Le hace falta un grrr, pero de otro tipo. Menos videos horteras y más trabajo institucional, porque tiene menos peso que un gramo de muslo de mosca en cualquier estamento futbolístico que se precie. Con todos, díganme alguno que no, anda a palos. Pero no gruñe.

Los de Mbappé fueron una división acorazada en Anoeta en un primer tiempo soberbio: dos goles, dos palos, tres paradones de Remiro... y también un gol anulado por un fuera de juego igual de dudoso que todos los que se le pitan en contra y con una expulsión, la de Huijsen, igual de estúpida que de 'falsa'. Porque eso no es roja ni en en la PlayStation de Laporta.

Sí, el Real Madrid necesita, y quedó claro en esa primera parte en Donostia como viene quedando claro desde hace mucho tiempo, desde que el FC Barcelona metió a Negreira en un sobre, un grito. Un alarido. Un puñezato en la mesa de la Federación, de LaLiga y del Comité Técnico de Árbitros. No cuatro vídeos chorras en una tele que no ven ni en Concha Espina. Dame un GRRR, como la canción viral de TikTok que se ha convertido, con permiso de ese otro soniquete que seguro repiquetea en sus cabezas, en la canción del verano.

Pero este Real Madrid es más tibio que el agua de la bañera de un recién nacido. Reclamar que el poder institucional del club le permita recuperar el peso perdido es una batalla perdida. Con lanzar esos vídeos y a cuatro tuiteros y streamers pegando alaridos en redes sociales, van servidos. Y así no funciona esto, por mucho que se cuelguen medallas de uso de las nuevas tecnologías. Nuevas aunque tengan ya van para casi veinte años...

Volviendo a Anoeta, alguien debería empezar a trabajar en las faltas de concentración de Huijsen. Con independencia de que su expulsión sea manifiestamente injusta, son ya demasiados errores por ir de sobrado y este último le provocó un sofocón innecesario a sus compañeros durante una hora. Calculó mal ante Oyarzabal y luego, pese el meneo que estaba pegándole el Madrid a su rival, metió la mano de manera evidentemente irresponsable y por no tener en la cabeza el partido. Es un centralazo, pero mentalmente tiene que mejorar. Y mucho. Afortunadamente, es joven y puede hacerlo.