El Córdoba va contra el viento y las ausencias | OneFootball

El fútbol, a veces, se empeña en examinar el carácter más que el talento. Y el Córdoba CF afronta precisamente uno de esos exámenes incómodos, de los que no avisan y llegan cuando menos conviene. La última jornada del año, la Jornada 19 de LaLiga Hypermotion, se presenta para los blanquiverdes como una cuesta empinada, resbaladiza y cargada de obstáculos.

El domingo, ante el Mirandés, Iván Ania no solo tendrá enfrente a un rival exigente y bien trabajado. Tendrá también que mirar a su banquillo y comprobar que las ausencias pesan casi tanto como el propio rival. Más de las esperadas. Más de las deseadas.

Siete ausencias que alteran cualquier plan

El parte médico del Córdoba CF se ha convertido en una lista larga y dolorosa. Hasta siete futbolistas se perderán el encuentro. Kevin Medina, lesionado y además sancionado, encabeza una relación que se completa con Adilson, Ignasi Vilarrasa, Theo Zidane, Fomeyem, Diego Bru y Rubén Alves.

Siete nombres que no son secundarios. Algunos de ellos han tenido peso específico en el once o en la rotación, otros aportaban profundidad, variantes tácticas y soluciones desde el banquillo. Todos, en conjunto, dejan un vacío que obliga a reconstruir el plan de partido casi desde cero.

En una categoría tan igualada como la Segunda División, donde cada detalle decide puntos, perder a tantos efectivos de golpe es una losa difícil de levantar.

El impacto en el modelo de Iván Ania

Iván Ania ha dotado al Córdoba de una identidad clara desde su llegada. Un equipo que compite, que intenta ser protagonista y que no renuncia a tener balón cuando el contexto lo permite. Pero los modelos necesitan intérpretes, y las bajas condicionan cualquier idea.

La ausencia de piezas clave limita automatismos, obliga a reajustes defensivos y reduce alternativas en el centro del campo y en ataque. Ania tendrá que tirar de imaginación, de cantera y de jugadores menos habituales para sostener el plan sin traicionarlo del todo.

Aquí aparece uno de los grandes retos del técnico: mantener la personalidad del equipo pese a la tormenta. No es solo sobrevivir al partido, es hacerlo sin perder el rumbo.

El Mirandés, un rival necesitado

El escenario tampoco ayuda. El Mirandés es un equipo incómodo, intenso y bien trabajado, capaz de castigar cualquier error. Si bien es cierto que la temporada no le está yendo como hubiera deseado, esto quizá le haga un rival aún más peligroso en este momento de la temporada. Y tratará de aprovechar cualquier resquicio que el Córdoba le deje abierto.

Con un Córdoba mermado, el margen de error se reduce al mínimo. Cada duelo, cada segunda jugada y cada transición defensiva adquieren una importancia capital. El Mirandés no necesitará mucho para hacer daño si detecta grietas, porque calidad en la fase ofensiva no le falta.

Una oportunidad para los menos habituales

Pero el fútbol siempre deja espacio para la épica. En medio del problema aparece también una oportunidad. Jugadores con menos minutos podrán asomarse al escaparate, reivindicarse y demostrar que la plantilla es algo más que once nombres fijos.

Estos partidos, los que parecen escritos para la derrota, son a veces los que refuerzan un vestuario. Si el Córdoba logra competir, resistir y sumar, el valor emocional del resultado será mayor que el matemático.

Cerrar el año con dignidad

El Córdoba CF despedirá 2025 con más dudas físicas que certezas deportivas, pero también con la opción de enviar un mensaje: que este equipo no se rinde aunque el contexto sea adverso. Que hay un bloque, una idea y un compromiso que van más allá de las bajas.

Porque el fútbol no siempre premia al que llega completo, sino al que sabe levantarse cuando le faltan piezas. Y este domingo, el Córdoba jugará contra el Mirandés… y contra todo lo demás.