La camiseta negra y naranja que obró el milagro de Talleres | OneFootball

La camiseta que cambió la historia: el negro y naranja que dio vuelta un partido en 1976

En el rico archivo histórico de Talleres de Córdoba, hay reliquias que sobreviven en la memoria colectiva de sus hinchas. Entre esas piezas de museo se encuentra una camiseta que, aunque solo se utilizó una vez, dejó una huella imborrable por las circunstancias extraordinarias que rodearon su aparición en escena.

Corría el invierno de 1976, específicamente el 18 de julio, cuando el Matador enfrentaba a Racing de Nueva Italia en un clásico cordobés. Como ambos equipos compartían similitudes en sus indumentarias celestes y blancas, Talleres de Córdoba optó inicialmente por utilizar una casaca alternativa azul con una "V" similar a la que caracteriza a Vélez Sarsfield.

Sin embargo, lo que parecía una solución se convirtió en un problema mayor. Los jugadores y aficionados tenían dificultades para distinguir a los protagonistas en el campo de juego, generando confusión tanto en la cancha como en las tribunas. Para empeorar la situación, el primer tiempo finalizó con Racing de Nueva Italia aventajando por 1-0 en el marcador.

Fue entonces cuando ocurrió algo inédito en la historia del fútbol cordobés. Durante el entretiempo, se tomó una decisión drástica que cambiaría el rumbo del encuentro: el equipo de Talleres de Córdoba salió al campo para disputar el segundo tiempo luciendo una camiseta completamente diferente.

La nueva indumentaria era negra con una franja vertical naranja que atravesaba el pecho. Una combinación de colores nunca antes vista en el club y que, hasta el día de hoy, no ha vuelto a utilizarse en partidos oficiales. Lo que nadie podía prever es que este cambio estético tendría un impacto inmediato en el rendimiento del equipo.

Como si aquella camiseta negra y naranja estuviera impregnada de magia, el Matador mostró otra cara en el segundo tiempo. Luis Ludueña y Víctor Binello anotaron los goles que permitieron a Talleres de Córdoba remontar el marcador y quedarse con la victoria por 2-1, desatando la euforia entre sus seguidores.

Aquella prenda deportiva, testigo de una histórica remontada, se convirtió inmediatamente en una pieza de colección. Aunque nunca más volvió a utilizarse en compromisos oficiales, permanece en el imaginario colectivo como un amuleto que trajo suerte en un momento crucial.

Hoy, los coleccionistas la buscan como una joya perdida y los hinchas más veteranos la mencionan como parte de las anécdotas imprescindibles al narrar la rica historia del club cordobés.

Esta historia nos recuerda que, más allá de los títulos o las grandes figuras, son estos pequeños detalles los que también construyen la mística de un club con la trayectoria de Talleres de Córdoba.

Fuente: Club Talleres