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·1 December 2025
La corona del pádel tiene nombre: Agustín Tapia y Arturo Coello

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·1 December 2025

Sustos que dan gusto. Si el reinado de Agustín Tapia y Arturo Coello estuvo más cerca que nunca de acabarse, hoy puede decirse alto y claro eso de «larga vida a los reyes». Los «Golden Boys» tenían en México la opción de poner fin al sueño de Galán y Chingotto, y no fallaron. Como los grandes, como una pareja de leyenda y con un dominio que se extiende ya a los tres años de forma consecutiva.
Su unión fue pura dinamita. Rebeldía, juventud y la mayor proyección que haya visto el pádel en la última década. Desbancaron a Alejandro Galán y a Juan Lebrón de la cima, implantaron su nombre en ella y se niegan a que alguien más la conquiste. El trono es suyo, lleva su nombre y con el duodécimo título de la temporada certificaron su estancia, un año más, en lo más alto del pádel mundial.
Alejandro Galán, que soñaba con recuperar el número uno de la mano de Fede Chingotto, tendrá que seguir esperando. Porque volvieron a ceder ante Tapia-Coello en una final. Son su némesis, esos dos jugadores que se han convertido en su pesadilla más recurrente. Un mal sueño que nunca acaba y que seguirá presente en un 2026 para el que se aplaza la batalla por la corona mundial.
Si en el Major de México iba a tener lugar el episodio número 13 de este «Clásico» del pádel, el guion no podía ser distinto al esperado por todos. Con la igualdad reinando desde el comienzo, con un pádel de máxima calidad en ambos lados de la pista y con la emoción desatando el delirio de las gradas tras cada punto.
Como en Dubai, eran Tapia y Coello los que parecían tener siempre un as guardado bajo la manga. El primer set fue igualado hasta que ellos quisieron. En el momento justo asestaron un «break» de los que duelen para ponerse en ventaja y llevarse la primera manga. El título más cerca y el trono del pádel masculino estaba a un pasito más.

Pero la final pudo torcerse en el segundo set con un «break» de Galán y Chingotto que hacía saltar por los aires el duelo. Todo parecía encaminado al tercer set, pero los «Golden Boys» tenían otros planes. ¿Saben esa de resistir, sobrevivir y vencer? Pregúntenle a Agustín y a Arturo. Se la saben de memoria y la ejecutan como pocos.
Igualaron el set justo a tiempo y el desenlace de la manga se marchó al tie-break. Sobre la fina línea que separa vivir o morir estaban Galán y Chingotto, y no tuvieron otra opción que aceptar la segunda de las opciones. Porque enfrente estaban los mejores, Agustín Tapia y Arturo Coello, con el colmillo feroz de siempre.
El que ataca cuando toca, el que hinca el diente cuando huele sangre y el que devora a su presa para ser el único que sobrevive a la batalla de cada torneo. Lo volvieron a hacer, como tantas otras veces, para tocar la gloria con las manos. Sus lágrimas hablaban lo que sus palabras no acertaban a decir. Este 2025 han sufrido de lo lindo, pero todo se ha quedado en un simple susto. Suya es la corona del pádel mundial, el trono tiene nombres y apellidos: Agustín Tapia y Arturo Coello.
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