La operación Joan Garcia: una apuesta de 31,2 millones para el futuro de la portería blaugrana | OneFootball

El FC Barcelona ha puesto sus ojos en uno de los porteros más prometedores del fútbol español: Joan Garcia, actual guardameta del RCD Espanyol. Pero lo que podría parecer una operación sencilla por cláusula se ha convertido en un rompecabezas económico que superaría los 31 millones de euros. Y es que el club perico, lejos de mostrar flexibilidad, está decidido a endurecer cualquier posible negociación con su eterno rival.

La cláusula de rescisión de Joan Garcia está fijada en 25 millones de euros, pero el coste real para el Barça iría mucho más allá. Según información publicada por Diario Sport, el club blaugrana tendría que asumir también los impuestos correspondientes que recaerían sobre el futbolista, lo que elevaría el coste final de la operación a 31,2 millones.

Joan Garcia / Pedro Salado/GettyImages

El Espanyol, firme en su postura, no negociará con el Barça bajo ninguna fórmula alternativa. Nada de pagos a plazos, ni rebajas. La consigna es clara: solo se irá si se abona la cláusula íntegra al contado. Sin embargo, el escenario podría ser muy distinto si el interesado fuese un club extranjero, como el Newcastle o el Aston Villa, que podrían negociar un traspaso convencional e incluso beneficiarse de una fiscalidad más benigna.

Desde las oficinas del Camp Nou, la dirección deportiva encabezada por Deco valora todas las opciones antes de dar el paso definitivo, pero no hay dudas: Joan Garcia es el portero que quieren. Su rendimiento en la última temporada con el Espanyol, su juventud y su proyección lo han situado como el número uno en la lista de prioridades, especialmente con la incertidumbre que rodea la evolución física de Marc-André ter Stegen. En paralelo, Wojciech Szczesny aparece como alternativa experimentada para asumir un rol secundario, mientras se define el futuro de Iñaki Peña, quien aún tiene un año de contrato.

La llegada de Joan Garcia supondría una apuesta fuerte, no solo económica, sino deportiva. En el Barça creen que podría convertirse en un guardameta de época, con potencial para marcar una era en la portería culé. Pero para eso, primero deberán sacar la chequera y pagar caro, muy caro, a su vecino de la ciudad.