Marcelino reprime su enojo: “No voy a hablar del árbitro” | OneFootball

El técnico del Villarreal, Marcelino García Toral, se mostró visiblemente molesto tras la derrota ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Aunque evitó valorar directamente la actuación arbitral, dejó entrever su descontento por algunas decisiones que, a su juicio, condicionaron el desarrollo del partido.

Marcelino repitió en varias ocasiones que no iba a hablar del árbitro, pero su tono y sus gestos evidenciaron frustración. El entrenador asturiano lamentó ciertos fallos que consideró determinantes, especialmente la expulsión de Mouriño y un penalti señalado en la segunda parte.

“Que venga el CTA y decida”, comentó con ironía, en alusión al Comité Técnico de Árbitros. Aunque insistió en no profundizar, dejó claro que no estaba satisfecho con el criterio aplicado.

El técnico reconoció que el Villarreal sufrió decisiones que pesaron en el resultado. Señaló que su equipo se vio penalizado en momentos clave y que no se aplicó el mismo rasero a ambos conjuntos. “No me ha gustado nada el arbitraje”, admitió, dejando entrever que la gestión del encuentro no fue equilibrada.

Marcelino explicó que el Villarreal había logrado reaccionar bien tras el primer gol del rival, pero que las decisiones arbitrales y la expulsión cambiaron el rumbo del encuentro. “Le facilitas al rival ponerse con una ventaja de dos goles”, lamentó.

Balance del partido

Más allá de la polémica, el técnico hizo autocrítica y reconoció el mérito del Real Madrid. Aseguró que su equipo tuvo buenos minutos en la primera mitad, pero que fue superado en intensidad y dominio.

“El rival hizo más méritos para ganar, aunque nosotros competimos hasta donde pudimos”, apuntó. También destacó el rendimiento de Georges Mikautadze, autor del único gol del Villarreal, y valoró su impacto desde que llegó al equipo.

El discurso de Marcelino reflejó un equilibrio entre la prudencia y la inconformidad. No quiso entrar en una confrontación abierta con el estamento arbitral, pero dejó claro que se sintió perjudicado. Su “no voy a hablar del árbitro” sonó más a una forma de autocontrol que a una aceptación. En el fondo, el técnico quiso dejar constancia de su molestia sin decirlo del todo.