Anfield Index
·17 November 2025
Szoboszlai, destrozado tras la eliminación de Hungría

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·17 November 2025

Dominik Szoboszlai vivió una de las noches más dolorosas de su carrera internacional cuando Hungría vio cómo sus esperanzas de play-off para el Mundial se desvanecían de forma dramática. La victoria de Irlanda por 3-2 en Budapest, gracias a un impresionante hat-trick de Troy Parrott, se sintió como un momento sísmico en esta campaña de clasificación y un recordatorio de lo implacable que puede ser el fútbol de élite.
The Express detalló cómo Parrott empató por partida doble, primero desde el punto de penalti después de que Daniel Lukacs adelantara a Hungría de cabeza, y luego de nuevo tras el brillante gol de Barnabas Varga en la primera parte. En un final frenético, Parrott aseguró una victoria notable en el sexto minuto del tiempo añadido, un momento que luego describió como “la sensación más grande de mi carrera hasta ahora”. Su contribución decisiva aseguró que Irlanda mantuviera vivas sus opciones de play-off, mientras que Hungría quedó destrozada.

Foto: IMAGO
Szoboszlai, quien creó el gol inicial de Hungría con un pase a Milos Kerkez antes de centrar para que Lukacs anotara, ofreció una exhibición llena de empuje, técnica y madurez. Más tarde se le vio consolando a Kerkez, su compañero en el Liverpool, después de que el pitido final marcara el fin de las esperanzas de Hungría de una primera aparición en un Mundial desde 1986.
El camino de Irlanda de vuelta al partido se construyó sobre la persistencia y el oportunismo. Tras una revisión del VAR, el árbitro noruego Espen Eskas sancionó a Attila Szalai por una falta sobre Chiedozie Ogbene, que Parrott convirtió con fría precisión. Como señaló el informe, “a Irlanda se le regaló una oportunidad de oro para empatar”, aunque aún tuvieron que mostrar aplomo para aprovecharla.
El enfoque de Hungría cambió mientras intentaban gestionar el partido, pero Caoimhin Kelleher realizó intervenciones cruciales, incluidas paradas inteligentes para negar a Roland Sallai y luego a Szoboszlai. El juego directo de Irlanda descolocó a Hungría y, cuando Adam Idah reemplazó al lesionado Ogbene, los visitantes mantuvieron su empuje ofensivo.
El misil de Varga desde 20 yardas devolvió la ventaja a Hungría, pero Irlanda se negó a rendirse. La deliciosa vaselina de Parrott para el 2-2, tras controlar el pase bombeado de Finn Azaz, mostró una confianza excepcional. Con ambos equipos presionando en el tiempo de descuento, fue el peinado de Liam Scales y la definición rápida de Parrott lo que completó una noche de drama extraordinario.
Irlanda avanza ahora a los play-offs de marzo, habiendo asegurado el segundo puesto por detrás de Portugal, mientras que Hungría se queda reflexionando sobre las oportunidades perdidas y la brillantez de Parrott. Como supuestamente dijo un jugador de Irlanda, “sabíamos que algo especial podría suceder si seguíamos creyendo”.
Los aficionados irlandeses se sentirán absolutamente electrificados por este resultado. Que Parrott lograra un hat-trick en una noche de enorme presión generará un verdadero optimismo de que Irlanda puede llevar esta creencia a los play-offs. Los fans estarán eufóricos por lo implacable que se mostró frente al arco y lo sereno que se mantuvo en los momentos decisivos.
Mientras tanto, los aficionados húngaros estarán devastados. Había una esperanza genuina de que esta plantilla, construida en torno a estrellas como Szoboszlai y el emergente Milos Kerkez, estuviera por fin lista para regresar al mayor escenario. A los seguidores les preocupará que se haya escapado una oportunidad de oro, especialmente después de haberse adelantado dos veces y haber parecido controlar durante largos tramos.
Los seguidores del Liverpool que vieron a Szoboszlai sentirán una mezcla de orgullo y frustración. Su actuación estuvo llena de clase, energía y liderazgo, pero sus esfuerzos no sirvieron de nada al final. Muchos tendrán la esperanza de que este revés fortalezca su determinación de cara al tramo final de la Premier League bajo Arne Slot.
Para Irlanda, esto se siente como un momento que podría redefinir la confianza y las expectativas. Para Hungría, se siente como un capítulo de arrepentimiento. El vaivén emocional entre ambas aficiones tras el gol tardío de Parrott perdurará largo tiempo en la memoria.
Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🏴 en este enlace.









































