
La Galerna
·12 de septiembre de 2025
1-2: Victoria en Frankfurt

In partnership with
Yahoo sportsLa Galerna
·12 de septiembre de 2025
El Real Madrid femenino derrotó (1-2) al Eintracht de Frankfurt en el partido de ida de la eliminatoria de acceso a la Liga de Campeones femenina. Aunque Filippa Angeldahl y Signe Bruun adelantaron a la blancas en la primera mitad, el equipo acabó sufriendo para defender una ventaja mínima tras el gol local de Nicole Anyomi.
Un año más, tras toda una temporada previa de liga luchando y asegurando el billete de acceso a la competición europea, el Real Madrid llega al inicio de curso obligado a confirmar su presencia en la Champions en un duelo a vida o muerte ante un rival de nivel. La situación, si bien ya habitual por culpa del suicida sistema de clasificación de UEFA, no deja de conducir al drama y a la tensión propias de saber que está en juego la disputa o no de los pocos partidos interesantes durante los próximos nueve meses. Para colmo, el desempeño gris en Liga F hacía temer lo indecible.
El Madrid saltó al césped con una línea de tres centrocampistas formada por Filippa Angeldahl, Sandie Toletti y Sara Däbritz, que sorprendentemente dejó en el banquillo a Caroline Weir, y con la referencia de Signe Bruun en punta de ataque. El plan funcionó todo lo bien que podía hacerlo a 11 de septiembre: como el alumno que vuelve a clase habiendo olvidado cómo era aquello de pensar y razonar. Se jugó sin alardes, muy agrupado el bloque en defensa, pero el equipo supo tender la red de pesca en la zona central para ganar un buen número de balones que permitían al Real internarse en campo rival.
El marcador, además, se puso de cara muy pronto, cuando Linda Caicedo aprovechó un regalo impropio de Amanda Ilestedt que le sirvió con lazo el balón en la frontal. La colombiana disparó con dureza para hacer vibrar el larguero y, por fortuna, el rechace fue a parar a donde llegaba Angeldahl, que conectó una muy meritoria volea a media altura de primeras y sin que el cuero bajara para superar la estirada de la portera Lina Altenburg. El Eintracht aún tardaría media hora en entender que el camino a la portería de Merle Frohms no estaba por dentro, donde el Madrid supo cerrar la puerta, sino en el costado.
Hasta entonces, el equipo de Pau Quesada proporcionó algún atisbo de optimismo, suficiente para pensar en que el viaje Alemania no acabaría en tragedia. A ello contribuyó en gran medida Caicedo con sus aceleraciones, pases alegres y optimismo en busca de la portería. En el 34 fue ella quien forzó un córner tras combinar con Athenea del Castillo y plantarse en el área que, a continuación, supuso el cero a dos. Centró Sara Däbritz al área pequeña, no despejó la zaga local y, una vez hizo hueco María Méndez, Signe Bruun armó el disparo sin preguntar para adelantarse a defensas y portera. Un día más en la oficina para la cazagoles.
Aunque Filippa Angeldahl y Signe Bruun adelantaron a la blancas en la primera mitad, el equipo acabó sufriendo para defender una ventaja mínima tras el gol local de Nicole Anyomi
La perspectiva era idílica llegados al minuto 40: dos goles de ventaja, un rival obligado a arriesgar para no perder la bala del partido en casa y tiempo por delante para aprovechar las oportunidades que se abrirían. ¿Cómo es posible entonces que el resto de la noche se tornara en un calvario? Sí, el Eintracht no dejó de intentarlo y no perdió las ganas de presionar la salida del balón del Madrid, pero las blancas pusieron mucho de su parte para acabar arrinconadas en la boca del lobo.
Quedaban cinco para el descanso y, de repente, la actitud en el campo era la de querer volver sin dilación a vestuarios. Don fútbol, siempre atento, hizo pagar la soberbia madridista y, como estaba cantado, las locales recortaron distancias. La lateral Nina Lührssen sirvió un gran centro que Nicole Anyomi remató con comodidad de cabeza al dejar de ser perseguida en su carrera por Angeldahl. Menos de dos minutos después se repitió la escena, aunque esta vez el balón fue a parar milagrosamente al palo tras dos toques involuntarios de Maëlle Lakrar y Sandie Toletti.
Podría pensarse que la perspectiva de estar a punto de tirar a la basura la valiosa ventaja despertaría al equipo tras la pausa, pero nada más lejos de la realidad. El Real se limitó a dejar correr el tiempo agazapado cerca del área propia y la gestualidad de las futbolistas, arrastrando piernas pesadas de cansancio, hizo ver que el equipo firmaba volver al avión con la raquítica ventaja de un gol. Aunque es cierto que Signe Bruun pudo firmar el 1-3 con otro cabezazo a centro de Sara Holmgaard que dio en el poste, también lo es que poco antes fue también la madera la única barrera entre Amanda Ilestedt y el gol del empate del Eintracht.
Así, sin que la sangre llegase al río, la tragedia quedó restringida a la mente de los aficionados madridistas, obligados a torturarse en septiembre con la tensión reservada para abril y mayo. Mucha tela en todo caso… y queda el partido de vuelta dentro de una semana.
Getty Images